La boda

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En una habitación de la casa Lewis rachel James se preparaba para lo que ella pensaba era lo más correcto, < bratt te ama y es tu mejor opción, tú lo amaste rachel todo estará bien> se decía pero si así era por que no se sentía asi, por que se sentía prisionera de sus propias decisiones.

-sabes, hace años antes de venir aquí yo estuve comprometida y pese a amarlo tenía tu mirada, mi mamá en ese momento me dijo que si esa sería mi mirada entonces todo fracasaría, y en ese momento me dio dos opciones casarme y tener la vida que yo pensaba que era mejor o no casarme y buscar lo que me hacía falta, entonces me tomo mi mano y me llevo al aeropuerto donde aún vestida de novia fui a buscar los que yo necesitaba, hoy como tú amiga nene quiero ofrecerte eso- la teniente James tenía sus ojos húmedos, pues las palabras de su amiga tenían tanta razón así que voltio a verla y la vio con un sobre en su mano- a mi no me debes explicaciones pero es muy triste que renuncies a lo que amas por hacer lo que está bien, estaré en el auto en la parte trasera de la casa, puedes ir y te llevaré o al iniciar la ceremonia estaré ahí en la fila de tus damas apoyándote en la decisión que tomes.

Y con eso su amiga la teniente laila su nene salió de la habitación mientras ella habría la nota que le daba lágrimas y fuerzas

"Sabes algo que siempre le odie a Alex fue su falta de valentía por luchar y traer de vuelta a Sara, su orgullo fue más fuerte que él y así la perdió y yo no estoy dispuesto a renunciar a ti a si que...<¿NOS ESCAPAMOS O QUE?> no seas el alex de nuestra historia."

El sonido de la puerta la hizo reaccionar y voltear al tiempo que guardaba la carta, su mejor amiga entraba por la puerta y abría sorprendida sus ojos por que ella la había dejado completamente perfecta y ahora tenía todo su maquillaje corrido.

Pero Rachel que te paso te deje perfecta para solo venir por ti, ay dios aguarda aquí iré por Lulú- dijo para después salir sin escuchar media palabra.

Entonces la teniente tomó su decisión y salió lo más rápido posible antes de que volviera su amiga, ocupaba encontrar una manera de salir sin que nadie la viera.

Después de buscar y buscar encontró unas escaleras que daban a la parte trasera de la casa y corrió hasta el carro blanco que dañó pertenecía a su amiga, apenas se subió la recibió con una sonrisa y sin medir palabra arrancó el auto y salió por una parte de la casa que él Coronel se aseguró no tendría seguridad, rachel no sabía a donde la llevaría, sólo sabía que todo esto era libertad.

Luego de 30 minutos de camino y más de 15 llamadas por parte de su madre la teniente y su amiga llegaron a una especie de pista privada, en la cual estaba el Coronel esperando para abordar el jet privado que se encontraba ahí, apenas su amiga se detuvo la teniente salió corriendo en dirección al amor de su vida quien la recibió en sus brazos con un beso, para después ponerla en el suelo y dar un asentimiento a la teniente que lo había ayudado, mientras rachel quien era más afectiva la abrazó.

Gracias, tal vez yo no tuve a mi madre para darme opciones pero tuve una amiga- dijo mientras se despedía y sentía que le quitaba su teléfono y le entregaban otro.

Es tonto si, pero tú papá no y el si sabe como rastrearte, se feliz nene y disfruta tu luna de miel- a lo que la teniente la miro extrañada y volteo a ver al Coronel que solo la subió al jet, donde todo estaba perfectamente decorado y acomodado, lo veía mientras sus ojos se llenaban de esa adoración que solo sentía por el.

Bienvenida a su boda señora morgan- la confusión era evidente, a lo que señaló unos documentos que se encontraban en la mesa, al leerlos se dio cuenta de lo que decía.

Certificado de matrimonio
Rachel James mitchels
Christopher morgan harts..........

Todo estaba en orden sus testigos: patrick, Alexa, laila y scott. Por eso laila le había dicho eso y por eso scott le había cancelado a bratt de última hora, sólo faltaba su firma por lo que veía, así que tomó la pluma con una sonrisa gigante y sin dudar firmó.

Ahora si, legalmente la señora morgan- dijo para voltear y ver el hermoso anillo que le ofrecían y el cual recibió con una enorme sonrisa, y lo besó besó a su esposo sintiéndose la mujer más feliz del mundo.

Ahora si legalmente mía- decía el Coronel mientras la cargaba para llevarla a la habitación donde daría por consumado su matrimonio sobre un Londres donde todo era tristeza y vergüenza para Bratt Lewis quien no entendía por qué su novia nunca llegó a la iglesia.

Autora: Angélica Moreno

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