Chapter IV

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"El secreto está en encontrarse una persona que no te dé la razón, sino que te haga perderla"

- Desconocido

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¡En edición!

𝐎𝐮𝐫 𝐃𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫𝐨𝐮𝐬 𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭
❤︎ 𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝑃𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝑆𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑃𝑒𝑙𝑖𝑔𝑟𝑜𝑠𝑜 ❤︎

Sus ojos estaban bien abiertos, sorprendido ante la acción que Minho tuvo. Sus manos comenzaron a temblar al punto de no poder dejarlas quietas.

Lentamente fue correspondiendo.

Dejando caer sus párpados hasta quedar completamente cerrados. Sintió las manos de Minho posicionarse sobre su cintura y acariciar esta tan suavemente que le hizo soltar un suspiro al momento de separarse, sin embargo, volvieron a besarse, más rapido, más pasional, más voraz. Hyunjin terminó sentado sobre el escritorio, con Minho entre sus piernas. Sus lenguas jugaban entre ellas, enredandose entre sí.

Hyunjin apoyaba una de sus manos del extenso escritorio, mientras que la otra se encontraba deslizándose por el cabello y cuello de Minho, quien se separó del beso y llevó sus labios a el cuello del ojiazul, así como retiraba el saco de su traje y el propio igualmente.

- Espera... - Susurró. - Minho espera, detente. - Lo tomó de los hombros, alejándolo.

Pero Minho no tenía intención de alejarse, así que volvió a acercarse y capturó los labios del ojiazul nuevamente, apagándose a su cuerpo. Hyunjin por su parte se vio a correlado más poco pensó y volvió a seguirle el ritmo del fogoso beso.

Llevo sus brazos a los hombros del mayor e inclinó su cabeza para profundizar el beso, acción que gustó mucho más.

- Hyunjin... - Colocó sus manos sobre las mejillas del mencionado, separándose un poco para así observar esos brillantes ojos azules.

Se quedaron mirando sin mencionar ninguna palabra. Hyunjin no sabía cómo salir de esa situación, y es que se encontraba entre un si y no, ya que deseaba irse, pero sus ganas de seguir allí eran bastante fuertes.

Solo pudo volver a besarlo...

Apenas se tocaron sus labios, la temperatura había empezado a elevarse, las manos iban juguetonas a sus zonas erógenas. Minho lo sabía y recordaba perfectamente cada lugar sensible. Esta acción sorprendió al menor, pero se dispuso a disfrutar de ello porque nada se sentía mejor, según él.

- ¡Si, buenas tardes!

El ojigris dio un salto hacia atrás y Hyunjin bajó rápido del escritorio ocasionándole tropezones, los dos mirando hacia la puerta. El dueño de ese par de ojos verdes que mostraban diversión fue el causante de que casi les diera un infarto. Jeongin había cerrado la puerta y cruzó sus brazos con una diminuta sonrisa.

- Vengo a llevarme a Hyunjin porque lo necesitan. - Explicó. - y ahí viene Jungkook a traerte unos papeles de no se qué. - Señaló detrás de él, haciendo énfasis en el nombre.

Hyunjin solo miró a Minho, tomó su saco y luego caminó hacia Jeongin para así ambos salir de la oficina, no sin antes haberse acomodado bien la ropa y el cabello. Yang, al abrir la puerta, vieron al pelinegro ahí parado a punto de tocar el cristal.

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