Chapter VIII

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"Todos tenemos a una persona que sin importar cuantas veces nos rompa el corazón, siempre le daremos otra oportunidad"

- Desconocido

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¡En edición!

𝐎𝐮𝐫 𝐃𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫𝐨𝐮𝐬 𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭
❤︎ 𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝑃𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝑆𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑃𝑒𝑙𝑖𝑔𝑟𝑜𝑠𝑜 ❤︎



- Espera...

- ¡Cállate, no digas nada! - Le tapó la boca.

Impresionante. Jeongin estaba nervioso y muy sonrojado. Aunque de por si estaba rojito por el sol, ahora estaba muchísimo más rojo. Soltó una risa y abrazó a su amigo, buscando tranquilizarlo. Pero poco duro, porque el necesitaba saber ese gran chisme.

- No se mierda, no sé qué carajo paso. - Mantenía su mirada perdida. - lo hice para que me dejara tranquilo.

Hyunjin no dijo nada, solo lo escuchó.

- Es que... ¡carajo! - Cubrió su rostro.

Se arrastró y terminó abrazando al ojiazul, dejando su cabeza apoyada de las piernas del mencionado. Hyunjin con una sonrisa, comenzó a acariciar el cabello de su mejor amigo, cubriendolo con la gruesa sábana para que estuviera cómodo. Lo vio cerrar y poco a poco, respiraba más relajado, su pecho subía y bajaba con lentitud.

- Él estaba raro... - Habló luego de casi diez minutos en silencio. - supongo que porque iba a compartir cama conmigo o porwue andaba borracho, que mierda de yo.

- Es lo más seguro. - El australiano se veía demasiado contento desde que supo que le tocó con Jeongin.

- La cosa es... - Acomodó bien su cabeza y abrazó con uno de sus brazos y espalda baja del ojiazul. - la primera vez que entramos a la habitación, no paso nada, cada uno estaba por su lado, poco hablamos porque yo estaba más pendiente de ir a la piscina y ya después que volvimos cuando era para dormir, andaba asquerosamente empalagoso...

- Alejate, ¿quieres? - Jeongin de verdad no estaba para aguantar nada.

- Innie... - Se sentó en la cama, del lado donde se encontraba el ojiverde.

Este lo miró aburrido y cansado. El día había sido agotador para él y seguramente para todos los demás, lo que más le quitó energía fue jugar voleibol y saber que tenía que dormir con Christopher. Agotamiento físico lo primero y lo segundo, agotamiento mental.

- Eres tan bonito. - Estiró su mano, quitando mechones del cabello ajeno que cubrían su rostro. - me fascinan tus ojos.

- ¿Terminaste? - Arrugó su ceño.

- No... - Sonrió. - desde que te conozco me has gustado tanto, tanto Jeongin...

Rodó sus ojos aburrido, no queriendo escuchar las estupideces que estaba diciendo. Suspiró cansado y se sentó de golpe, asustando al australiano. Se quedó callado, observándolo, tan intensamente que Christopher se quedó paralizado.

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