𝖕𝖊𝖈𝖚𝖑𝖎𝖆𝖗 (JELSA) ®

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Narrador Omnisciente.
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"Cuando el tiempo es tu peor enemigo, y la derrota te pisa los talones, la única forma de ganar, es deteniéndote."
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Las guerras siempre han sido inevitables en vista de los malos. Debían hacerse sacrificios para lograr el éxito, para alcanzar la supremacía. No podíamos quedarnos con aquella costumbre, viviendo en un círculo vicioso que te atrapa y succiona, ¿o sí?

¿Qué es lo malo realmente? Para ellos, el ser alguien malo no era quien asesinara a los inocentes, o aquel que destrozaba el mundo en busca de un objetivo, No. Para aquellos que eran considerados crueles y sanguinarios, la verdadera maldad era aquella que te reprime, y te impide alcanzar tu mayor potencial.

Facilier no se consideraba alguien cruel ni malo. En su mente, era el salvador de todos aquellos reprimidos; La persona que traerá paz a ellos y a sus próximos.
Por eso es que jamás dudó de sus acciones. Para él, estas eran buscando el bien mayor.

Cuando conoció a Iduna, y notó su parentesco con la rubia de ojos azulados, no dudó en que ella sería de utilidad. Pronto se convirtió en su musa, y no se detuvo hasta que consiguió tener su corazón por completo. Fue la primera persona que lo hizo sentir algo más allá de la oscuridad. Pero no era amor, sino más bien atracción.

Su sumisión, y la forma en que juró hacer todo lo necesario para ayudarlo con su objetivo, lo atrajo a aquella locura, terminando por inducirlo al mundo de las sombras.

Tenía el poder junto a ella, y ella le entregaba el deseo y la atracción a lo oscuro. Pero sabía que no tardaría en arruinar sus planes, por lo que decidió cambiarlos, y otorgarle una nueva misión; Criar a su arma.

Elizabeth había nacido de un pequeño flechazo entre ambos. Su madre se había preparado durante meses para poder cargar con su vida, recurriendo a magia negra y amuletos. No quería que la herencia de guardián se perdiera durante aquellos nueve meses, y con la ayuda de Facilier, consiguió su cometido.

Habían planeado un hechizo de atracción en ella. Necesitaban que fuese idéntica a Lilia, y que, de este modo, cuando alcanzara su mayoría de edad, fuese convertida y luego sacrificada.
Por lo que, cuando llegó el momento de conocer a su creación, se alegraron de que todos sus esfuerzos funcionaran.

Iduna tenía que esconder sus planes, y el que había sido madre soltera, por lo que consiguió a un humano que la amara, y le diera un poco de aquella vida normal que jamás creyó poder tener.

Su amor hacia Facilier jamás desapareció, y sus torturas a Elsa tampoco. Pero, por un par de años, pudo ser feliz y vivir una vida normal. Al menos hasta que las actitudes de su hija mayor comenzaron a dañar a su hija menor.

Elizabeth no podía controlar sus acciones. La magia dentro suyo anhelaba escapar y manifestarse de alguna manera, e Iduna sabía aquello.

Cuando cumplió los dieciocho, aprovechó su lejanía de casa para iniciar su plan. Le ordenó a aquel peculiar el convertir a la platinada, cumpliendo su promesa realizada décadas atrás. Fingió por tres años un agudo dolor por la pérdida de su hija, y después acabó por envenenar a su esposo, y dejar a su hija a merced de lo que el mundo quisiera para ella.
Era lo único bueno que había tenido, y no deseaba que arruinaran aquello. Sobre todo Facilier.

Se unió a él meses después, y se quedó junto a él hasta la actualidad. Lo amaba, al punto en el que aquello era más una limerencia, que un sentimiento mutuo.
Ya no le importaba que ella fuese la única dándolo todo, aguantando por los dos. Le satisfacía el estar junto a él, y escucharlo prometerle un puesto a su lado en esta guerra.