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POV's Elizabeth Arendell.



"A veces la única forma de dejar de sentir, es comenzando a aceptar tus errores, y vivir con ellos."



refregué repetidas veces y de forma brusca mis brazos, al igual que mi rostro y manos. Pero por más que lo intentara aún sentía mis manos empapadas en la sangre de aquella chica.

Hace una semana que Alyssa murió por causa mía. Jack dijo que mi primera muerte sería inolvidable, y ahora puedo comprobarlo. Aun que lo más probable es que nos refiriéramos a distintas emociones, la verdad.

Luego de Alyssa, cada vez que olía sangre mi mente dejaba de funcionar y mi cuerpo se volvía en modo automático, para luego despertar con un nuevo cuerpo y cubierta de sangre.

tres muertes. Las había estado contando eh incluso anotando con detalle en una libreta que había sacado de la biblioteca que Jack tenía aquí. Era una forma de jamás olvidarles,por más que sus muertes no estuvieran en mi mente del todo.

- Es temporal. A mi nunca me ocurrió,pero tú al decirte que lo que haces es malo, obligas a tu cerebro a que oculte esas partes no deseables de tus recuerdos. Están allí, pero temes tanto recordar lo que les hiciste que tú mente las oculta.- me explicó Jack mientras leía un libro recostado en aquel sofá que había en la biblioteca.

en cierto modo tenía sentido. Tenía miedo de querer saber los horrores que había hecho que en vez de revivirlo en mis recuerdos, mi mente lo alejaba de mi alcance. Otra cosa que me sorprende.

ahora estaba en el sótano, deshaciéndome de todos esos cadáveres. Lo hacía una vez por semana a petición de Jack, pues no me dejaba otra alternativa.

Era el único día en el que me dejaba salir,pues los cadáveres debía llevarlos a un deposito unos kilómetros de aquella cabaña. Allí me esperaba un amigo de Jack, el cual sorpresiva mente no hacia preguntas por los cuerpos y simplemente los ocultaba bajo tierra,ocultos entre la basura.

una vez dejé todos los cuerpos en la camioneta y los oculté, Jack entró al sótano con una cubeta llena de agua y un trapo. Limpiaría el lugar.

Era una de las cosas que me sorprendían de él, el hecho de que fuera tan feroz para asesinar, pero que detestara la suciedad o el desorden. Yo lo llamaba peculiar, pero no solo por ser un asesino inmortal, más bien por todas las facetas que conozco y por las que aún estoy conociendo.

Era evidente que sus notorios cambios de humor tenían que ver con lo que él era. Al igual que su constante necesidad de encerrarse en una de las habitaciones y organizar ya sea planes o emborracharse. Sabía que en el fondo él tampoco era feliz.

Nunca podría llegar a perdonarlo del todo. Pues, ¿cómo alguien, que no se ve feliz totalmente, arrastra a un inocente, hasta cierto punto, para simplemente evitar que supieran de él? Aquello no tenía lógica, porque no me entraba en la cabeza como alguien podría ser tan cruel para arrastrar gente a su miserable vida, para intentar sentirse mejor.

Entendía que las necesidades de la soledad eran potentes, pero uno lógicamente pensaría que una persona cuerda sería consciente de que aquello era malo. Era donde Jack no entraba en lo absoluto, y dejaba a la vista una cualidad de los peculiares.

No somos personas normales.
Sin duda cada uno es distinto, pero de igual manera, al asesinar, ninguno tiene un mínimo sentimiento de culpabilidad. Lo planeábamos a la perfección y luego lo gozábamos hasta que acababa, en donde, en mi caso, era que mi consciencia volvía a aparecer.

-. Eres nueva aún en esto. Pronto ya no tendrás que oír aquella molesta voz diciéndote que estás haciendo algo mal.-

Me había dicho Jack hace unos días, pero yo sabía que por más que fuera cierto o no, no quería dejar de lado a mi consciencia. Era lo único que aún me mantenía humana.

𝖕𝖊𝖈𝖚𝖑𝖎𝖆𝖗 (JELSA) ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora