𝖕𝖊𝖈𝖚𝖑𝖎𝖆𝖗 (JELSA) ®

11💭

Narrador Omnisciente.
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"...- Nunca sabrás cómo será vivirlo, si no aceptas lo que eres y cuál será tu destino a partir de ahora."
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El aire fresco de aquel lugar parecía como hielo entrando en los pulmones de toda aquellos inmortales. Las temperaturas habían comenzado a descender conforme la noche aparecía y el sol descendía de la cima.

Elsa miró a su alrededor, completamente confundida con todo lo que estaba viendo. No sabía en qué momento había llegado hasta aquel lugar, y tampoco sabía lo que debía hacerlo ahora.

-. Elsa.- una dulce voz de escuchó detrás de ella, sobresaltandola. Volteó rápidamente y se encontró con aquella cabellera anaranjada y esos ojos azules.

Abrió sus ojos como plato, y por instinto retrocedió hasta caer al suelo. Estaba completamente en shock. Jackson le había dicho que su hermana menor había muerto ¿como era esto posible?

-. Elsa por Dios, eres tú.- Anna corrió hacia donde la platinada se hallaba y sin pensarlo la abrazó contra ella, ahogando los sollozos que se avecinaban. Elsa no le correspondió el abrazo, pues el estado de shock no se lo permitía.

-. Estábamos tan preocupados. Nuestros padres incluso contrataron a un investigador privado. Todos pensamos que Johnny te había hecho algo.- poco a poco fue acariciando sus mejillas, delineando el rostro de su hermana mayor.

Elsa frunció el ceño por un momento, sintiendo que algo no iba bien. A los pocos segundos pudo sentir el olor a sangre, proveniente de su hermana.

-. ¿Estás herida?.- le preguntó la platinada, dirigiendo su mirada hacia el abdomen de su hermana, el cual tenía un pequeño pero reciente corte. Anna hizo una mueca mientras asentía.

-. Si. Me eh caído en la nieve hace un rato, pero no te preocupes que ya iré a curarlo.- le respondió, haciendo un ademán con su mano para que le restara importancia.

Pero Elsa sabía que aquello era imposible. Su estómago estaba gruñendo por algo de que alimentarse, y la sangre que estaba olfateando del cuerpo de Anna no la estaba ayudando.

Sintiendo como sus ojos se iban oscureciendo poco a poco, y como el rostro de su hermana cambiaba a uno de confusión.

-. ¿Elsa que te ocurre?

La ignoró por completo, descendiendo la vista hasta aquella herida, viendo cómo la ropa de su hermana se había manchado con su sangre, la cual podía sentir caliente y con un exquisito aroma.

-. Anna.- susurró su nombre, con la intención de detenerse y recordar que aquella chica era su hermana menor. Pero Elsa ya no podía detenerse. Todo su autocontrol había abandonado su cuerpo, y ya nada ni nadie le importaba.

Sus manos tomaron a Anna de los hombros y en un rápido movimiento, Elsa se encontraba sobre ella. Anna la miró con sus ojos abiertos como plato, moviéndose e intentando salir de su agarre, pero la fuerza que Elsa estaba ejerciendo en su cuerpo la había paralizado, dejándole acceso completo a aquella herida ensangrentada.

Miró durante varios segundos aquel lugar, y sin poder detenerse, se dirigió a la zona, mordiéndola y comenzando a succionar. Los gritos y jadeos por parte de Anna no dudaron en aparecer.