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POV's Jackson.



"Ella era un ángel de la muerte.
Había sido enviada para él, y él había caído directo en sus garras.
Era su perdición, y él estaba dispuesto a lo que fuese para que eso no cambiara."



No le había dicho nada. Tampoco yo tenía del todo claro donde era que iríamos, pero de lo que si estaba seguro, era que esta noche la haría conocer la verdadera vida.

Le indiqué que se arreglara y que cubriera aquella mordida, pues no debíamos llamar la atención con algo así. Le pedí que no hiciera preguntas, y que fuese puntual a la hora establecida.

Estar con Elsa sin aquellas barreras que siempre imponía, era muy diferente a cómo antes. Se mostraba mucho más atrevida y desafiante, con un deje de coquetería en cada frase que decía, luciendo con estilo y autoridad cada que daba un paso. Era como si por primera vez fuese ella misma, y se dejase ser ella misma.

No podía decir que aquello no me encantaba. El ver una sonrisa auténtica en los labios de esa chica era una de mis nuevas cosas favoritas. Pero sabía muy bien que detrás de todo eso, aquel deseo de sangre y sufrimiento esperaba el momento perfecto para tomar el control. Y aquello era lo que planeaba enseñarle hoy.

Me había vestido con algo un poco más fuera de mi zona de confort. Dejé los trajes y la camisas blancas de lado y me vestí con unos pantalones de mezclilla, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero que no usaba desde los años 70s.

Me vi por unos segundos en el espejo, y una vez estuve conforme con lo que mis ojos percibían, caminé hasta el cuarto de la platinada, tocando su puerta dos veces.

-. ¿Ya estás lista?

-. ¡Espera un segundo!.- La oí gritar desde el otro lado. Rodé los ojos, apoyándome en la pared frente a su puerta, impaciente.

Le había dicho que no tardara más de media hora, y ya llevaba cuarenta minutos allí dentro. Solo tenía seis horas para poder salir antes de que Hiccup descubriera lo que había hecho y me quisiera matar, y de todas ellas ya habíamos usado una hora y media.

Cuando estaba por tocar nuevamente la puerta se abrió de golpe, dejándome una clara vista de la platinada luciendo un ajustado vestido negro, el cual tenía una abertura a un lado de su muslo, adornada con algunas cadenas.

Estuve varios segundos viéndola de arriba a abajo, sintiéndome realmente tentado a ocupar una hora más para deshacerme de ese vestido y encerrarnos en el cuarto nuevamente, pero no teníamos tiempo para aquello. No ahora mismo al menos.

-. Vaya, deberías trabajar en esa mirada, Jackson. Podría ver desde kilómetros tus ganas por desvestirme.- Murmuró sobre mis labios, palmeando mi hombro antes de alejarse y caminar escaleras abajo.

Pude ver que usaba unas botas negras que hacían lucir hermosas sus piernas, y que combinaban su elección de atuendo con un labial rojo en sus labios.

Decidí no perder más tiempo babeando por esa chica, y una vez en la planta de abajo, le indiqué que saliéramos y subiera al auto. Ella rápidamente lo hizo, solo que en vez de yo conducir el vehículo, ella acabó robándome las llaves y conduciendo hacia la ciudad, conmigo dándole indicaciones en el asiento de copiloto.

-. Así que, ¿por qué tú eres el único que no me quiere encerrada en esa casa?.- Alzó una de sus cejas, sin dejar de ver el camino. Lo último que quería era que perdiéramos tiempo chocando o saliéndonos de la ruta.

-. Porque sé lo aburrido que es eso.- me encogí de hombros.- Aparte, no es justo para ti que cuando estás dejando de lado todo lo que te tenía aprisionada, no puedas disfrutar un poco de esa libertad como se debe.

𝖕𝖊𝖈𝖚𝖑𝖎𝖆𝖗 (JELSA) ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora