Expulsada de la división antinarcóticos de la policía de Japón por no acatar órdenes de forma reiterada, Nishimura Naoko decide seguir el caso de Sanzu Haruchiyo como investigadora independiente.
- Solo sírveme a mi - ordenó.
- Si, maestra.
ESTE ES...
- Recuerden que toda práctica de BDSM debe ser consensuada por los participantes.
Al día siguiente de que Sanzu aceptara mi propuesta, salió en las noticias lo de Yamada.
"Jefe de la división de antinarcóticos es encontrado muerto y con presuntas señales de tortura"
— En la madrugada del día de hoy se reportó el hallazgo de un cuerpo — habló la reportera — Este se trata de Yamada Masato, jefe de la división de antinarcóticos ahora mismo nos encontramos con quien era su prometida — enfocaron a una chica con los ojos hinchados y rojos.
— El dijo que saldría con unos amigos en la noche porque se sentía estresado, pensé que llegaría en la mañana.
— Señorita, ¿sospechaba de que su prometido tuviera alguna amante o si tenía algún tipo de fetiche con los juguetes sexuales?
— No — lloraba — él era un persona normal y puedo jurar que me amaba.
— Ag — apagué el televisor.
Me da lástima la chica, porque no conocía a la persona que amaba y porque cree que perdió a alguien que valía la pena. A los segundos alguien tocó mi puerta.
— Hola Naoko — era Naoto.
— ¿Quieres pasar? — lo invité.
— Gracias — entró y fuimos a la mesa de la cocina.
— ¿Quieres tomar algo? — le ofrecí.
— Naoko, Yamada está muerto — me quedé en silencio unos segundos.
— Lo sé, lo acabo de ver en las noticias. — lo dije sin transmitir emoción alguna.
— Naoko tú...
— Estoy bien Naoto.
— Como me contaste que habías llegado a verlo como un padre yo pensé-
— Son gajes del oficio — no quería hablar del tema.
— ¿Si me pasa algo a mi tampoco te importaría? — podía verlo triste.
No sabía que responderle, quería decirle que con él era distinto porque es mi amigo pero las palabras no salían.
— Entiendo — se levantó de la silla y fue a la puerta — Solo vine a decirte eso, cuídate. — se fue.
Genial, este esta siendo un día de mierda, tengo tanta inteligencia emocional como una piedra.
Fui a mi cuarto y me eché a dormir hasta que Sanzu llamara a pedirme información. El fin de semana tendría que empezar a buscar trabajo, aunque podría solicitar mi reintegro a la policía.
— "¿Alguno de ellos replicó cuando te botaron injustamente?" — resonaba la voz de Sanzu en mi cabeza.
Cierto, no quiero estar rodeada por esas personas nuevamente, además...eso me haría igual que Yamada.
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