Expulsada de la división antinarcóticos de la policía de Japón por no acatar órdenes de forma reiterada, Nishimura Naoko decide seguir el caso de Sanzu Haruchiyo como investigadora independiente.
- Solo sírveme a mi - ordenó.
- Si, maestra.
ESTE ES...
- Contenido Sensible - Recuerden que toda práctica de BDSM debe ser consensuada por los participantes.
Han pasado unos tres días desde la llamada de Sanzu, desde ese día me la he pasado limpiando mi casa y ya casi luce como una morada decente de una señorita soltera en sus veintes.
Estaba sacando unas bolsas de basura cuando sonó mi celular. No había registrado el número de Sanzu así que no sabía si era él, no podía arriesgarme a tenerlo entre mis contactos.
— ¿Aló?
— Te conseguí a Yamada — era la voz de Sanzu — mañana tres de la tarde en el almacén, entra por la puerta delantera yo estaré cubriendo la trasera por si quiere escapar.
— Entendido, no olvides la silla.
— ¿En serio es tan importante la estúpida silla?
— Siii, deja de cuestionarme, te veo mañana — colgué.
Terminé de ordenar unas últimas cositas en la casa y me dirigí a mi cuarto. Saqué una maleta de mi armario y abrí el último de cajón de este.
— Hola chicos, mañana vamos a jugar después de mucho — le hablé a lo que había en mi cajón — Lástima que tendré que botarlos después.
Metí todo lo que necesitaba en la maleta y la cerré.
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Al día siguiente a las dos de la tarde subí a mi pequeño "Escarabajo" Volkswagen negro, lancé la maleta que alisté el día anterior al asiento trasero y me dirigí al almacén.
Al llegar bajé del auto y me mentalicé un poco antes de entrar, no sabía que esperar de esta situación, cómo actuará Yamada cuando lo encuentre con Sanzu.
Comencé a caminar y con forme me iba acercando podía escuchar la voz de Yamada.
—Jaja, gracias a ustedes tengo un mejor puesto, esa niña era una verdadera molestia.
A pesar que le dije a Sanzu que le creía aún tenía mis dudas, pero después de escuchar a Yamada reírse y decir eso... Aguanté momentáneamente mis ganas de partirle el hocico y entré tranquila.
— ¿Naoko? — se sorprendió Yamada al verme ingresar — Sanzu Haruchiyo, quedas bajo arresto — había visto mejores actuaciones de los niños que hacen de césped — Naoko, tú ya no eres policía sal de aquí.
— Tenías razón Sanzu — dije en voz alta, mientras me acercaba a donde estaban ellos.
— Te dije, si traicionó a sus compañeros ya no puedo esperar nada de él.
