Capítulo 10

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— Después del acto —

Estábamos recostados en la cama, a Sanzu se le pasó el efecto de lo que sea que hubiera consumido, se encontraba con la camisa abierta y los brazos detrás de su cabeza.

— Oye Sanzu — dije sin apartar la vista del techo.

— Dime — el hacía lo mismo.

— ¿Hasta cuándo seré necesaria? — ya se me hacía costumbre que me desecharan una vez logrado el objetivo.

— No lo sé, pero aún puedes unirte a Bonten si quieres — permanecía ecuánime.

— Aún si me uniera a Bonten debe haber algún momento en el que deje de ser útil para ustedes, ¿cuándo es eso? — insistí.

— ¿Cuál es la necesidad de tener una respuesta a eso? — preguntó, recostándose de lado apoyando sobre su codo con su mirada fija en mí.

— Solo quiero saber hasta cuando tendremos esto y cuando tengo que retirarme — respondí señalándonos a ambos.

— ¿Quieres una respuesta? Está bien, hasta que la policía deje de ser un problema para nosotros. — sonaba molesto.

— Está bien — me levanté de la cama y recogí mis cosas.

— ¿A dónde vas? — preguntó con cierto tono de desespero sentándose de golpe en la cama.

— A mi casa, ya obtuve mi pago, contáctame para la siguiente tarea. — salí de la habitación y cerré la puerta.

Camino a tomar el taxi para regresar a mi casa no pude notar un sentimiento extraño en el pecho, no era tristeza ni enojo, creo que era decepción; decepción de que aún en mi insistencia por una respuesta concreta me hubiera gustado que dijera que siempre sería necesaria.


—Narra Sanzu—

Naoko se fue de la habitación y unos minutos después me yo hice lo mismo. Fui a nuestra base donde me esperaba la misma conversación de todos los días.

— ¿Ya volviste de acostarte con esa perra? — reclamó Koko sentado en el sofá.

No dije nada simplemente lo miré y me senté en el sofá a pensar en la actitud de Naoko al irse del cuarto, no fue como las anteriores veces.

— Sanzu, te estoy preguntando, contéstame — exigió Koko.

— A donde salga, con quien salga y lo que haga no es asunto tuyo — me aburría tener que darle explicaciones siempre.

— Yo administro las cuentas así que, si es asunto mío, estás gastando nuestros fondos con esa mujer.

— Lo hago para ayudar al jefe.

— Que seas su mano derecha no te da los privilegios de actuar a tu antojo.

— Ella nos ha ayudado más que tú ¿O acaso me equivoco, Kokonoi? 

— Ya dejen de discutir — ordenó Mikey, quien estaba bajando las gradas que daban a las habitaciones — Sanzu tiene razón, mientras esa mujer nos ayude no hay problema que gaste los fondos si al final los beneficios serán más grandes.

"¿Así se habrá escuchado lo que le dije a Naoko?", pensé. De ser así tenía que aclarar las cosas pronto, odiaba admitirlo, pero le había agarrado gusto a esa forma de intercambiar información.

— Jefe, ¿puedo salir mañana? — le dije haciendo una reverencia.

— Por estos días son libres de salir a donde quieran, procuren estar atentos para nuestro siguiente movimiento — dicho esto Mikey se retiró.

My Master (Sanzu x Fem Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora