CAPÍTULO 13: Detalles que te hacen espeacial

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KATNISS POV

Desperté muy temprano, Peeta no estaba. Me levanté a husmear, no era que me importara mucho pero quería ver si tenía alguna fotografía por allí. Saqué un paquete de galletas de su alacena mientras echaba un ojo a todo. Había una maleta debajo de la cama.

¿Le molestaría si reviso? Tal vez, con lo formalito que es. Mejor no.

En su mesita de noche había un libro muy viejo. "Paraíso perdido" sonaba aburridísimo. ¿Quién leía estas cosas hoy en día? De todas formas lo abrí para ver de qué iba. Cayó una foto de entre las páginas. Era antigua, en ella se veía a una mujer castaña con un niño en brazos. Debía ser de Peeta y su madre. El niño no tendría más de 2 años, iba vestido con un traje de marinero lindo. Su cabello rubio alborotado le daba un aire tan mono. Estaban en la playa, al lado de un yate. Pero su madre iba pobremente vestida.

—Buen día Katniss— me asustó, no me había dado cuenta cuando entró. Dejé caer la foto.

—Me vas a matar de un ataque— grité, él caminó hacia mí y recogió su fotografía.

—Es la única que tengo con ella— sonrió mirándola.

—Oye eso es Coconut Grove, Florida— le dije señalando el fondo de la foto. Hacía tres años había estado por allí en las vacaciones, cuando papá no estaba tan ocupado como ahora.

—No sabía, nunca me contó que vivimos allí. Bueno ella no hablaba mucho— dijo con tristeza.

— ¿Estaba enferma?— por no decir loca.

—Tenía desórdenes mentales. A veces la internaban por sus crisis. Pero cuando estaba lúcida era... muy buena— sonrió. –Te traje fruta— me enseñó un bol, con uvas, fresas y manzanas.

—Muero de hambre— dije mientras me sentaba a comer. –Oye ¿quieres acompañarme al cementerio?— pregunté.

—Claro que sí. No creo que me echen en falta— parecía complacido. Bueno después de haberlo tratado tan mal ayer, no quería ser grosera nuevamente.

Regresé a casa como si volviera de un paseo, me cambié y salí de con mi auto. Le dije a Peeta que me esperara afuera, no quería salir con él de la casa.

Me esperó en el lugar donde antes habíamos trepado, me sorprendí de verlo con una gran bolsa.

— ¿Y eso?— pregunté mirando su tonto equipaje.

—Algo sin importancia— fue a la parte trasera y lo puso en la cajuela del auto.

Llegamos al cementerio, estaba todo tal como lo recordaba.

Encontré la tumba de mamá algo descuidada, hacía tiempo que no venía, casi medio año. Algunas flores secas estaban encima del mármol blanco. Las aparté.

Peeta otra vez estaba con ese paquete ridículo pero no dije nada, no sabía cómo se las arreglaba para verse tan bien a pesar de la ropa vieja y ese bulto que cargaba.

Se sentó conmigo, miró en todas direcciones y sacó lo que traía. Eran brotes de plantas. Algunas ya estaban floreando. Con una pequeña pala empezó a remover la tierra y a plantarlas alrededor de la tumba de mamá.

Era mejor que haber comprado el ramo de rosas que llevé, porque estas no se marchitarían. Me quedé en silencio, mirándolo trabajar, estaba muy concentrado en lo que hacía.

— ¿Por qué eres jardinero?— pregunté, lo acepto era una pregunta estúpida, era huérfano, a qué más podía dedicarse.

—Aprendí jardinería en el orfanato... y mecánica, sé construir y pintar casas, ayudé en la panadería. Son cosas que se aprenden para el futuro— me sonrió.

Historia de un Jardinero - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora