Capítulo 39: Recuerdos del pasado

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7 años después...


KATNISS POV

Con motivo de mi cumpleaños número 26 hay un jaleo general, toda la casa está llena de empleados decorando los ambientes, llevando arreglos florales, adornos y demás chucherías. Parece que vamos a montar un gran espectáculo.

Camino por los pasillos rumbo a la habitación de mi padre, debo chequear que le hayan dado la medicina y que se la tome toda. Tiene la mala costumbre de no pasar las pastillas que no desea. Como si supiera más que los médicos.

Al pasar por el dormitorio de la niña, escucho el llanto. Otra vez la pequeña se resiste a tomar la siesta. No quiero meterme en la planificación de su nana pero me parece muy estricta. Veo a Finnick venir desde el otro lado del corredor.

—¿Otra vez?— me pregunta.

—Dile que deje de obligarla a dormir, si Carol quiere permanecer despierta que lo haga— le indico, él asiente y entra a negociar. Mejor que sea él si voy yo es posible que termine despidiendo a esa cuidadora por muy buenas referencias que tenga.

Detesto que haga llorar a mi hija.

Al llegar a la habitación de papá me quedo helada pues hay alguien allí que no me esperaba y que hace años no veía.

Es el padre Plutarch.

Siempre me pregunté porque papá cortó su amistad con él, ni siquiera lo llamó cuando ocurrió el accidente y estuvo a punto de perder la vida.

Dudo en entrar, mis pasos han sido muy discretos, llevo unas ballerinas pues me niego a recorrer la casa en tacones. Respiro profundo antes de pasar y saludar a aquel hombre que tantos recuerdos me trae.

—No te daré la absolución si no has cumplido tu promesa— escucho que le dice a papá.

—No lo haré, todo va perfecto en la familia ¿Por qué haría algo semejante?

—Entonces morirás con eso en tu conciencia, llama a otro que te absuelva de tus pecados, yo no puedo hacerlo.

—Eso es un chantaje Plutarch— reclama Frank.

—Chantaje es lo que me hiciste "amigo mío". Me obligaste a callar porque no tienes el valor suficiente de cumplir tu palabra.

— ¡Mi hija es feliz! Tiene una hermosa familia, tengo una nieta hermosa ¿Crees que cambiaré eso?

— ¿Lo es?— le pregunta el padre Plutarch.

Mi respiración se agita y mis entrañas tiemblan ante aquellas palabras. ¿Están hablando de algo que tiene que ver conmigo?

¿Conmigo y con... él?

Siento las piernas flaquear, cierro los ojos e intento sobreponerme. No debo flaquear, no debo flaquear, me repito.

Soy una mujer, no la niña que hace años se escapó con su jardinero, tengo el control de mi vida, edifiqué una compañía estable.

Por mi mente empiezan a pasar como si fuese una película, trozos de mi vida. El día que volví a buscar a papá, el accidente donde murieron los señores Odair y Frank quedó en silla de ruedas pero logró sobrevivir, mi boda con Finnick y el nacimiento de Carol, nuestra hija. Cada uno de esos grandes acontecimientos en mi vida los atesoro, son mi fuerza para seguir adelante.

Ya no tengo lugar para tristes recuerdos de una vida pasada, de lo que pudo haber sido. Las pequeñas tragedias son las que te hacen madurar y yo me considero una mujer madura a mis casi 26 años.

Historia de un Jardinero - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora