⪼Capítulo 32⪻

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—Te llevaré y no aceptaré un no como respuesta.

Liam sonrió conforme por todo, por absolutamente todo lo que estaba viviendo en esos momentos. Javed estaba entre sus brazos, se había convertido en un pequeño mimoso al que debió cuidar y mimar mientras hacían el amor.

Se perdió en su cuerpo, de una manera única y especial, como lo había soñado desde el momento en que comenzó a sentir más que una amistad. Se había extasiado en su piel, a pesar de que al principio se sintió incómodo, no supo si se debió al frío de su cuerpo o a la pasión que lo envolvió de tal manera que su lobo estuvo a punto de transformarse. No quiso detenerse, ni siquiera lo consideró. Disfrutó sin duda alguna cuando la piel de su amante fue tomando calidez a medida que lo aprisionó con el calor de su deseo y amor.

—Está bien. Pero debemos irnos, ahora. Mi hermano me esperaba hace una hora atrás.

Le obsequió un beso en los labios y deshizo el abrazo. Se levantó en busca de su ropa que había quedado esparcida alrededor de la cama.

Javed lo observaba desde la cama, con los brazos detrás de la cabeza. El cuerpo de Liam era simplemente perfecto, sus grandes y fibrosos brazos lo habían sabido abrazar con firmeza. Estaba seguro que jamás podría olvidar la sensación de su abdomen marcado sobre la espalda, el peso perfecto de su cuerpo sobre el de él.

Había roto absolutamente todas las reglas, pero había valido la pena cada maldito segundo. Había cavado su propia tumba, lo sabía muy bien, y aunque intentara darle vueltas al asunto, no encontraba la manera de mantener a Liam con vida dentro del catastrófico futuro que se avecinaba. Su única seguridad ahora, era que lo amaba... ¡Mierda! Sí, amaba a Liam, lo amaba de una manera tan pura e intensa. ¿Cómo pudo ser tan estúpido en pensar que había sentido amor alguna vez por alguien? Ahora lo comprendía. Jamás había sido cautivado de esta manera. Jamás había sentido un amor tan puro.

¿Un amor tan real, podría salvar a su alma de tanta oscuridad?

—Te quiero demasiado, Liam.

Rompió el silencio en la habitación mientras Liam se vestía, causando que se volteara hacia él.

—Yo también te quiero, precioso.

Se acercó, sonriente y dejó un beso en sus labios, y tomándolo de los brazos lo obligó a ponerse de pie.

—Nos vamos, ahora.

֎֎֎

Sentado en una de las sillas altas de la isla de su cocina, consideraba todo aquello que ahora sabía. En su mano descansaba la taza de café con chocolate. Debía agradecer a Niall por haber reemplazado la Nespresso que había roto semanas atrás. No pudo evitar sentirse agradecido con su amigo por todo lo que había hecho este último tiempo por él, a pesar de que le había ocultado todo esto, comprendía los motivos para hacerlo.

Las manos abrazan la taza mientras intentaba ordenar los pensamientos. ¿De qué manera podría sentirse ahora que sabía toda la verdad? ¿Cómo manejar la ira y la frustración que sentía ahora que sabía que su padre era el único responsable por la partida de Louis? Su propia sangre, la persona que creía que más lo amaba, era la que más daño le causó.

Se sentía devastado y traicionado por partes iguales. Tuvo que controlarse tantas veces para no regresar y matar a Billy, que pagara con su vida la traición de haber intentado lastimar a Liv y a Louis. ¿Cómo pudo atreverse a tal cosa? Los dos hombres que lo vieron crecer, que caminaron junto a él durante años, los mismos que le enseñaron todo lo que sabía de la manada, a quienes debería agradecerles quien era, esos, fueron los mismos que lo traicionaron, los que actuaron a sus espaldas, los que le causaron más que ningún otro.

Fire on Fire [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora