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—No lo entiendo —Habló Minho haciendo que Hyunjin detuviera sus pasos y mirase por sobre su hombro para poder ver a Minho—, eres quien debe velar por su seguridad, pero simplemente no puedes siquiera salvarlo.

—¿Crees qué no me he sentido un inútil? —Minho entreabrió los labios, pero no dió una respuesta, la intensa mirada de Hyunjin se lo decía todo.

El ángel guardián siempre tiene la responsabilidad de ir con los humanos, siempre acompaña, pero nunca puede intervenir, es un fantasma que se queda allí mirando, sin poder hacer nada, absolutamente nada, Hyunjin recordaba a las anteriores almas que había custodiado antes, algunas habían sido buenas personas, otras ni siquiera lo eran, inclusive Hyunjin se había estado hartando de todo lo que pasaba con aquellos seres humanos.

Cuando le fue asignada otra nueva alma, una nueva, supuso que sería lo mismo, pero cuando lo vió, supo que no, Jisung era de esas pocas almas a las que anhelabas cuidar una y otra vez, la vida de aquella alma siempre era feliz, hasta que alguien llegaba y hacía su existencia amarga como la cascara de un limón. Hyunjin siempre deseaba tener el valor para intervenir, hacer que Minho jamás se presentase ante Jisung, pero por casualidades del destino, sus almas siempre se reencontraban, Hyunjin no podía hacer mucho al respecto.

—Todos estos años, estas vidas —soltó un resoplido—, siempre he querido salvarlo de ti —mencionó sin apartar su mirada de Minho—, y no lo he logrado, jamás.

—Entiendo.... —dolía, en verdad dolía demasiado saber aquello, saber que todo este tiempo ha estado hiriendo a alguien tan valioso—, ¿jamás me arrepentí de haberle hecho lo que le hice?

—Jamás, hasta ahora —dijo Hyunjin—, en la primera vida de Jisung, simplemente te olvidaste de él, en esta segunda, estuviste en la guerra, te enlistaste una semana después, y moriste en batalla, no eras muy bueno escabulléndote, a Jisung le consideraron uno más de los civiles muertos durante la guerra, y eso fue todo.

—¿Está es la última vida? —Hyunjin negó.

—Esta es la penúltima —aclaró—, mil novecientos setenta y ocho, casi los ochentas, tú reencarnaste primero, y Jisung después.

Entonces volvieron a caminar, poco a poco, entre más pasos daban, la escena aparecía frente a ellos, formándose, Minho miró a sus alrededores, observando con detalle lo que había, era una universidad, muchos estaban alrededor, hablando en el campus, había algunos que estudiaban en los jardines, y entonces un grito llamó su atención, y entonces se vió, allí estaba él, parecía llevar prisa.

—¿Y Jisung?

—Le acabas de hablar —y era verdad, Jisung volteó a verlo, y entonces comenzaron a conversar—, cuando te vi aquí de nuevo, pensé que todo sería distinto, pero tenías miedo.

—¿Miedo? —Hyunjin asintió.

—Tus padres eran demasiado conservadores, y aborrecían a los homosexuales, te gustaba Jisung, en verdad te gustaba —sonrió débilmente—, pero siempre evitabas que los vieran juntos.

Hyunjin le dió la espalda aquella escena, para después hacerlo Minho, entonces allí estaba otra escena, una en donde Minho se encontraba hablando muy animado con una chica.

—Lo engañaste varias veces —Minho se mordió la lengua al escuchar eso—, Jisung lo descubrió después, le dolió el hecho de que le hicieras algo como eso.

—¿Qué paso después?

—Un día dejaste de hablarle, le apartabas, e inclusive le humillabas en la universidad, siempre le señalabas como un marica, lamentablemente para Jisung eso fue su sentencia de muerte.

—¿Qué? —en cuanto Minho giró su rostro para observar a Hyunjin, la escena volvió a cambiar.

Varios gritos de auxilio fueron los que llamaron la atención de Minho, no quería mirar, Hyunjin miraba apacible aquella escena, pero él simplemente no quería, seguía escuchando risas de los agresores, gritos de auxilio, esos desgarradores gritos, golpes, escuchó toser a Jisung, y entonces poco después dejó de escucharlo, más risas de los agresores, y después escuchó sus pasos alejarse, se iban, dejando allí el cadáver de Jisung, Minho lo sabía, después de todo ya no se escuchó siquiera otro movimiento.

—Nunca te enteraste de su muerte, a Jisung lo dieron por desaparecido durante varios meses, hasta que lograron encontrarlo aquí...

¿En verdad había hecho que lo matarán?

Minho estaba sintiéndose un incompetente, un idiota, quería arañarse la piel, hacerse daño por todo lo que le había pasado a Jisung en todas esas vidas, estaba totalmente decepcionado de sí mismo.

La escena poco a poco se fue desvaneciendo en su totalidad, y Minho se dejó caer de rodillas allí, mientras que sus manos iban a su rostro, temblando y restregándose contra su rostro debido a la impotencia que sentía al no haber podido hacer algo para evitar todo aquello, al haber visto como se había comportado por tanto tiempo, todo el maltrato que le había causado a Jisung, si tan sólo hubiese hecho todo lo contrario, si tan sólo le hubiese dado lo que tanto pidió, amor, si tan sólo le hubiera dado amor.

Sus ojos picaron al sentir las lágrimas acercarse, dejó sus manos cerca del rostro, apretó sus parpados para después dejar a sus ojos ver las palmas de sus manos que todavía temblaban, era una persona espantosa, alguien que no debía siquiera ser digno de volver a la vida, y de todas formas regresaba, y volvía a dañar a un alma bondadosa.

El recuerdo de Jisung pasó por su mente, lo miraba sonreír, lo observaba en la cocina, sus palabras eran tan claras como el agua y tan lejanas como la voz del eco, que su corazón no evitó partirse de nuevo en dos, ¿por qué? ¿Por qué nunca pensó más en él? ¿Qué le hizo Jisung para que dejará de importarle de un de repente? Si tan sólo lo hubiese detenido, si se hubiera quedado allí, si lo hubiera tomado entre sus brazos para decirle los 'te amo' que tanto se había negado en darle, tal vez ahora mismo ni siquiera estaría allí, apreciando las vidas pasadas y viendo lo idiota que fue en todas y cada una de ellas, él, Lee Minho, era culpable de todo el sufrimiento de Jisung, y se odiaba por serlo, se odiaba demasiado. Las primeras lágrimas comenzaron a caer por sus ojos, estaba totalmente destrozado por lo que había visto, por lo que había causado.

Hyunjin lo miraba, podía ver el verdadero arrepentimiento en aquel ser humano, en aquella alma, era real, no como en las otras vidas, esto era real, Minho en verdad quería recuperar a Jisung, y eso hizo que Hyunjin sintiera sus ojos humedecerse, ver aquello le hacía sentir que debía darle una lección a Minho, y que quizás con esto todo sería distinto, y no estaba equivocado, aquel humano lo había logrado, aprendió a ver sus errores del pasado y del presente, tanto de sus vidas pasadas como la de ahora.





ꪗꫀડ𝕥ꫀ𝕣ᦔꪖꪗ || ꪑⅈꪀડꪊꪀᧁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora