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La luz resplandeciente fue desapareciendo de su campo de visión, para darle ahora una nueva imágen, las personas iban de un lado a otro, parecían estar en el centro de una gran urbe, miró a Hyunjin quien mantenía su mirada fija en un punto, Minho decidió mirar a aquel lugar, y entonces lo vió, allí estaba él junto a Jisung, pero había algo diferente.

En aquel lugar, Jisung parecía tener una cara de preocupación, miraba insistente a Minho, parecía pedirle algo a muchas suplicas, mientras que aquel Minho se negaba a todas aquellas suplicas que tanto le decía Jisung.

—¿Qué época es esta? —preguntó Minho.

—Veinte de Julio de mil novecientos cincuenta —Minho abrió sus ojos en grande al escuchar la fecha, Hyunjin giró su rostro para mirarle—, cinco días antes de la guerra.

Aquella guerra fue espantosa, Minho siempre lo leía en los libros de historia, y definitivamente no era para nada lindo, nunca esperó que una de sus vidas pasadas fuese en aquel conflicto.

—Jisung está tratando de convencerte de no ir a esa guerra, cree que morirás —mencionó Hyunjin.

—¿Ya se declaró la guerra entonces?

—Las tenciones entre ambas Corea están demasiado altas, así que todos piensan en la posibilidad de una guerra —Hyunjin comenzó a caminar en dirección contraria a la pareja, dejando a Minho con la vista de ambos chicos que seguirían con aquella discusión para que Minho no fuera a la guerra.

Entonces la escena volvió a esfumarse como la arena siendo llevada por el viento, para después pasar a una nueva escena, todo era distinto, una casa, una alejada, y Jisung estaba allí, tenía en sus manos la comida caliente que dejaba en la mesa, siempre Jisung ha amado la comida, pero en esta escena, Jisung parece estar sumamente triste y en su mirada se ve el miedo que recorre su cuerpo.

—Escapaste de casa cuando te mandaron a reclutar —Minho se giró sobre su eje para poder encarar a Hyunjin, quien se dedicaba a observar a Jisung mientras tenía sus manos detrás de su espalda—, te fuiste junto a él —Minho miró detrás, encontrándose con Jisung—, Jisung pensaba que todo sería distinto, que ustedes dos podrían vivir en paz, y que podrían ser completamente felices, pero nunca contó con que tú —la puerta se abrió, Minho pudo ver como el cuerpo de Jisung temblaba al saber de su presencia—, serías su verdadero infierno.

Entonces se vió a él mismo, su ceño estaba totalmente fruncido, y Jisung se levantó de inmediato al ver que traía una botella de soju, estaba ebrio, pero en cuanto Jisung se acercó a él, no dudó en pegarle para que se alejase, y comenzar a hablarle a gritos, Jisung no paraba de llorar y eso enfado más a Minho, volviéndose hacia él para golpearlo.

Minho regresó su mirada apretando sus parpados para poder dejar de tener esa imagen en su cabeza, aquella violencia no era sana, lo sabía, no podía creer que Jisung estuviese aguantando tanto.

—Siempre creíste que, por haber escapado, habías deshonrado a la familia, y sobre todo a tu país por no estar en dicha guerra —comentó Minho—, culpabas a Jisung por todo eso —Minho le miró —, y Jisung pagaba la cuenta —y entonces volvieron a cambiar de escena.

Minho suspiró al ver que ahora estaban a las afueras de un campo, cerca del río Han, y allí estaba Jisung, dándoles la espalda, Hyunjin se giró sobre sus pies para verlo, sonrió al verlo, pero sabía lo que haría.

—Este es uno de los pocos momentos en los que Jisung realmente encontró la paz —dijo Hyunjin—, la cálida brisa del medio día, la vista a las aguas cristalinas, y el bosque, le ayudaron mucho a sentirse feliz por los últimos momentos.

—Últimos momentos —Minho frunció el ceño, miró a Jisung con cuidado y levanto ambas cejas al ver el arma en su mano—, él va a...

—Es arma tuya —comentó Hyunjin—, la compraste para defenderse si acaso los llegaban a encontrar, pero la noche anterior, amenazaste con matarlo si es que hacía algo estúpido.

Jisung levantó el arma y la dirigió exactamente a su cabeza, para después tirar del gatillo, Minho se encogió en su sitio al escuchar el disparo, Hyunjin ya estaba acostumbrado a la escena, pero todavía recuerda la primera vez que la vio, por más que hubiese querido hacer a Jisung soltar el arma, no pudo hacerlo en ningún momento, Jisung se había disparado frente a él.

—Las almas que se suicidan casi nunca les dan una segunda oportunidad —Habló Hyunjin, el cuerpo de Jisung yacía tirado en el suelo—, pero...

Minho miró a aquel guardián.

—De alguna forma, Jisung regresaba, regresaba aquí de nuevo, y vivía, te conocía, y terminaba muriendo —aquellas palabras habían hecho que Minho sintiera como se le cerraba la garganta—, a pesar de ello, Jisung regresa, le falta algo para estar en paz —Hyunjin miró a Minho—, y eso es la verdadera felicidad.

—¿Por qué no lo detuviste? —miró al ángel guardián—. ¿Por qué no puedes ser tú quien le dé la felicidad que busca?

—Soy sólo su ángel, velo por su seguridad, pero no puedo hacer mucho, a veces quisiera poder estar más presente, darme a conocer frente a él y brindarle lo que busca —los ojos de Hyunjin picaron ante la sensación de las lágrimas a punto de salir—, pero no puedo... aunque ese fuese mi deseo, jamás será cumplido.

El viento comenzó, haciendo que las ramas de los arboles comenzaran a danzar y a dispersar las hojas por doquier, los cabellos de ambos se movían despeinándolos un poco, y una lágrima se deslizó por la mejilla de Hyunjin. Minho se sentía una basura, dos vidas, había hecho morir a Jisung dos vidas seguidas, él había sido la causa de su felicidad, y de su martirio, se detesta, Jisung siempre ha sido alguien bondadoso, y hacerle este tipo de cosas, es simplemente espantoso.

—Tenemos que irnos —Habló Hyunjin en voz baja, mientras no apartaba la mirada del cadáver cercano al río—, ven.

Giró sobre sus talones dándole la espalda al cadáver para comenzar a caminar en dirección opuesta, Minho se quedó allí por unos segundos más, antes de hacer las mismas acciones que aquel guardián, e ir en pos de él.







ꪗꫀડ𝕥ꫀ𝕣ᦔꪖꪗ || ꪑⅈꪀડꪊꪀᧁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora