Entrando en confianza

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La mañana llegó más rápido de lo que había esperado, pero no era para menos, teniendo en cuenta los hecho de la madrugada, claro que pretendia ignorar eso y seguir durmiendo un poco más, pero en su vida, siempre había un pero que lo terminaba sacando de la cama, escuchó un ruido estruendoso provenir del piso de abajo, sonido que lo hizo sobresaltar  y terminar de despertar de golpe, se levantó con rapidez, tallando sus ojos, preocupándose de más al no ver a Jungkook en la cama, tres opciones llegando a su mente, la primera, todo había sido un extraño sueño, la segunda, todo había sido real y el chico había huido, teniendo en cuenta el temor en sus ojos y la tercera opción, era que había vuelto a su forma animal, claro que ninguna de esas opciones era la correcta, puesto que al bajar las escaleras apresuradamente, se encontró con un pequeño desastre en la cocina, y a un chico sollozando bajito mientras recogía, lo que sea que estuviese regado en el piso, se alarmó cuando vio una de sus manos rojas, por lo que se acercó.

–¿Que sucedió?

Habló con voz ronca, más de lo usual puesto que acababa de despertar, Jungkook quien no se había dado cuenta de su presencia, se sobresaltó al oír su voz, intensificando su llanto, bajando sus orejitas y evitando a toda costa mirar al hombre frente a él.

–Y-yo lo l-lamento, limpiare lo juro, s-solo no me golpees por favor

Sí, escuchar aquel miedo en la voz del chico por alguna razón le dolía, le daba una puntada directamente al corazón, negó acercándose a Jungkook, tomando sus muñecas con suavidad para ayudarlo a ponerse de pie, caminando con él, hasta sentarlo sobre uno de los taburetes alrededor de la isla de la cocina.

–Ya te dije Jungkook, no voy a hacerte daño, ahora dime ¿Que sucedió? Y ¿Por que mi cocina luce, como si un huracán hubiese pasado por aquí?

Notó como el contrario miró alrededor, sus ojos llenándose de nuevas lágrimas, se alejó de él un momento, para buscar el kit de primeros auxilios, ya que había notado la quemada en la mano del lindo híbrido, tomó la cajita de uno de los estantes de la cocina y volvió con el chico, mirándolo a la espera de una explicación.

–Mmm... Q-quería hacer el desayuno, p-porque me dejó quedar, y no me pegó, quería agradecerle... P-pero soy muy estúpido y me quemé la mano, entonces todo... T-todo se cayó al suelo y-y y perdón

–Oh Jungkook, no eres estúpido

No mentiría, su corazón se derritió al  escuchar aquello ¿Acaso podía ser más adorable? Con cautela llevó sus manos a las mejillas de Jungkook, sintiendo lo suaves que eran, limpió las lágrimas que seguían saliendo de esos bonitos ojos negros y sonrió enternecido ante el acto, que aunque fue fallido, la intención es lo que cuenta, tomó la mano herida, notando que por suerte, no había sido nada grave, la limpió con cuidado y coloco un poco de crema para las quemaduras.

–Esta bien, no tienes que llorar o sentirte mal por esto, fue un accidente y por suerte tu mano estará bien, solo un poco de esta crema y en un par de días estará como nueva

–Bien... P-pero ahora ya no hay desayuno

Rió levemente ante sus palabras, encantado inmensamente por ese bonito puchero que los labios rositas de Jungkook formaban, pellizco suavemente su mejilla, aunque se vió ealmente cautivado por los labios bonitos del contrario, porque repentinamente esa necesidad de probar esos lindos labios cerezas, se había implantado en su mente repentinamente, pero Dios claro que no lo haría, no quería asustar al azabache, por un impulso y con ese pensamiento otra pregunta surgió, se alejó del chico comenzando a recoger todo el desastre.

–Bueno, no es problema, pediré algo para desayunar, ya luego iré a hacer el mercado, pero dime Jungkook ¿Que edad tienes?

–Amm tengo 19 ¿y usted?

Jamais Vu ~TaeKook~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora