Capítulo 5

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- Carajo de mierda Zhan ya son las tres y media - menciono Yibo comenzando a acelerar sus pasos dejando al más bajo detrás - tenemos media hora para encontrar el maldito bus...

Zhan se mantenía callado.

No tenía nada que decir, después de todo era por puro milagro que siquiera pudiera caminar.

- Tenemos que encontrar un atajo.

Wang al percibir que Zhan no respondía simplemente exploto.

- ¡ZHAN RESPONDE MALDITA SEA!. - El mencionado dio un pequeño salto del susto y cerro los ojos - COOPERÁ EN ALGO! NO PODÉS ESTAR DETRÁS DE MÍ CAMINANDO AL PEDO SIN APORTAR NADA. ES NUESTRA VIDA LO QUE ESTÁ EN RIESGO, NO SÓLO EL MÍO.

- Dejá de gritarme porque voy a romperte la cara. Me escuchaste?

Zhan no supo de dónde saco el valor gritar aquello. Pero le salió del alma.

Podría ser por el dolor de cabeza, sí, era por eso. Pensó.

Dió un sonoro suspiro y continuó hablando.

- No sé que hacer Yibo, por Dios que no sé. Si supiera no estaría más acá, escuchando tus jodidos gritos...Por qué sabés qué, estoy asustado, no sé dónde estamos, mi maldito celular no prende siquiera, quiero sacarnos de acá pero no tengo ni idea cómo, es tan difícil de entender? Estuve a punto de morir, me salvaste y te agradezco de todo corazón. Pero eso no te da el derecho a gritarme de esa manera. Mejor habla menos y vamos a buscar más el camino de vuelta.

- Mijir hiblí minis y vimis i biscir mis il cimini - Yibo imitó a Zhan.

- Inmaduro de mierda. No te soporto.

- No me soportas pero sí que te salve la vida maldito enano malagradecido.

- Me volvés a llamar enano y te voy a patear hasta que te quedes inconsciente...Yo no tengo la culpa que vos parezcas una columna eléctrica.

La respiraciones de ambos estaban agitadas. Querían reventarse a puñetazos.

- Pelotudo - susurro Wang.

Esta vez Zhan lo dejó pasar, para la próxima lo patearía en el tobillo sin compasión alguna.

- Yibo~ - mencionó Zhan con una sonrisita en el rostro.

Sospechoso pensó Wang.

- Qué querés enano verde.

- Pisaste mierda - dijo el más bajo soltando una sonora carcajada - hija de puta Yibo bañate, hasta acá huele.

Zhan no podía dejar de reírse, porque era cierto, la cagada que había pisado el poste con vida olía súper mal.

Yibo quería meter su cara en el culo. Estaba rabioso, pero obviamente no le iba a dejar saber al enano cara de gato aplastado.

- Tu culo lo que huele, creo que te cagaste encima cuando estuviste a punto de morir.

- Y la verdad es qué tenés razón...Pero éso en qué afecta en qué tenés mierda por todo el pie?

Zhan volvió a reír, sus piernas le temblaban de tanto hacerlo.

Apesar de estar asustado en ese momento como en realidad tendría que estar. El simplemente estaba burlándose de Yibo.

El odioso, pelotudo de mierda de Yibo.

Su peor enemigo.

Mientras Zhan estaba tan enfrascado en su mundo de risas no se dió cuenta que Yibo se había sacado el zapato.

Ahora lo tenía en sus manos.

- Zhancito~ eyy mira lo que hago con ésta mierda... - una sonrisa macabra apareció en el rostro del pelinegro - Zhan, literalmente vas a valer popo.

- Pero qué hacés imbécil...Alejate - a Zhan ya nada le daba gracia, su linda sonrisa se había transformado a una expresión de pánico - volá de mi vista, no te atrevas Yibo, te voy a matar.

Zhan daba pasos para atrás sus mejillas estaban comenzando a humedecerse.

El odiaba con su vida oler mal...

Yibo cada vez se acercaba más y a Zhan no le quedo de otra que comenzar a correr con un Yibo con sed de venganza detrás suyo.

- VENÍ ZHAN NO TE VOY A HACER NADA.

- AAAAAAAAAAAA POR FAVOR QUE ALGUIEN ME AYUDE.

- YIBO ES UN LOCO DE MIERDA POR FAVOR NO ME DEJEN CON ÉL SE LOS SUPLICO.

Zhan gritaba mientras era perseguido por Yibo.

Yibo sentía que las espinas piedritas hacían de las suyas cuando de repente vió cómo Zhan se cayó en la arena húmeda del lugar.

El rostro de Zhan lo dejó boquiabierto.

Sus ojos estaban cubiertas de lágrimas. Sentía el terror en el rostro contrario.

Xiao luego de que Wang le haya escaneado con la mirada, tapó su carita avergonzado.

- P-por favor Yibo no me hagas ésto

Yibo al ver tan frágil a Zhan algo se removió dentro de él. Y pensó.

A mí no me gustaría que me hagan lo mismo que yo le estoy queriendo hacer a él.

Finalmente tiró su zapato al suelo y se colocó nuevamente.

- Levantate. Somos unos estúpidos, y te ves ridículo llorando.

- Vos especialmente sos el estúpido.

Yibo suspiro y le ignoro.

- Tenemos que encontrar el autobús y nos quedan quince minutos para lograrlo. No pienso morir acá oliendo tu apestoso trasero hasta que llegue el día de mi muerte.

Perdidos en el pantanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora