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-no creo que esto vaya a funcionar-

Hablo Camilo mientras alistaba el esmalte de uñas rosa y Mirabel me ayudaba a ponerme un vestido enorme.

-¡ay! esto es imposible-

Dijo esta vez Mirabel mientras se tiraba en mi cama con los brazos a cada lado después de estar varios minutos intentando abrochar todos los complicados broches del vestido.

-oigan, no les pedí ayuda para que se Viniera a quejar-

Reclamé señalando al Omega y la beta que me ayudaban, ambos rodaron los ojos y se me acercaron para abrochar el vestido más rápido.

-insito en qué sería más rápido que simplemente le hablaras y ya-

-ya te lo había dic...-

Mi voz dejo de salir cuando un cierre subió cortándome la respiración por un momento

-¿Estas bien?-

Pregunto Mirabel  y le mostré un pulgar arriba mientras intentaba respirar

-dicho, la última vez que le hable me escupió en la cara su "solo te veo como una hermana más a la cuál aprecio y quiero"-

-ves, dices que te escupió en la cara su rechazó, ¿porque insistir?-

Rei ruidosamente haciendo sobresaltar a ambos

-mi pobre e inocente camilo, sé porque me dijo eso-

-¿Lo sabes?-

Interrumpió Mirabel

-claro que lo sé, ella quiere que me esfuerce para demostrar que voy encerio-

Ambos primos se vieron con duda pero no siguieron insistiendo en el tema.

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-listo-

Nos habíamos tardado horas pero al final todo valió la pena, parecía a una monja toda cubierta, además de que tenía cientos de prendas encima y había un calor de infierno, pero valió la pena.

Mirabel y Camilo me miraban de arriba abajo.

-¿Segura que esta es la forma de conquistarla?-

-claro que si, al parecer le gustan este tipo de cosas, la otra vez la ví mirando a Valeria, con su lindo vestido pomposo y sus rizos perfectos-

Mordi mi labio intentando que no se me saliera la víbora celosa que tenía en mi interior.

-uush, hasta yo puedo oler tus celos-

Mire a Mirabel que estaba acostada en la cama mientras señalaba a Camilo que se tapaba la nariz, me sentí avergonzada y trate de calmarme para dejar de soltar hormonas.

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-bueno, es ahora o nunca-

Me animo Mirabel, estábamos atrás de una casa, según yo, buscando el momento adecuado para ir a hablarle a Luisa, talvez solo sentía un poquito de inseguridad por como fuera a reaccionar.

-¿T/n?, ¿Si vas a ir o solo nos vamos a quedar viéndola hasta que se vaya?-

-ya voy, ya voy, no me estresen-

Tomo un poco de aire o lo que el vestido me dejó tomar y camine decidida

-te apuesto una pony malta y un pan de quinientos a qué no funciona-

Escuché a Camilo decirle a Mirabel, me voltee un momento con indignación.

Seguí caminado casi tropezando con el vestido y llegue donde Luisa, el corazón me latía a mil

-hola luisa-

Hablé lo más coqueta que pude.

Ella volteó con una linda sonrisa la cuál se desvaneció apenas me vio, me sentí horrible con su reacción y al parecer lo noto.

-ey, hola, estás algo...diferente hoy-

Yo asentí y sonreí tontamente, puse mis manos detrás de mi espalda y me acerque un poco a ella

-¿Te gusta?-

Dudo mucho para decirlo, demasiado tiempo, se me aguaron los ojos y el labio me temblaba

-no te gusta-

Ella se asustó un poco por mi repentino cambio de humor

-no, no es eso-

-debes de odiarlo-

Me cubrí la cara con las manos mientras lloraba, luego sentí como era abrazada por Luisa que intentaba consolarme

-no llores t/n, no es eso, solo que me pareció algo.... Sorprendente tu estilo de hoy-

-...¿eso crees?-

Ella asintió y me seque las lágrimas con las manos

-¿Entonces no me veo fea?-

-no, estás hermosa-

Abrace a luisa por la cintura ya que era bastante alta, sonriendo para mis adentros mientras me pegaba un poquito más a ella, se sentía bien no lo voy a negar, pero se sentiría mucho mejor cuando fuera mi novia.

-¿Te gusto más así?-

-no te ves como siempre, pero no te queda mal, te ves tierna-

Asentí y me quedé hablando con ella un rato más hasta que la llamaron para que hiciera algo.

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Estaba de nuevo en mi casa con mis mejores amigos, Mirabel se tomaba su pony malta mientras Camilo me ayudaba a quitarme el vestido.

-no se ni siquiera porque aposté si ya se veía venir-

Yo rodé los ojos y sonreí en grande

-bueno nos tocará que tratar con otra cosa-

Les dije a ambos cuando finalmente me quite el vestido y me senté para quitarme los tacones que me habían molido los pies en media hora.

-¿Que tienes en mente?-

Pregunto Mirabel comiendo pan

-ya lo verás, pasaremos a una nueva faceta.... una más riesgosa -

-ay no-

Conquistando A Luisa MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora