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Luisa se acostó a mi lado con las mejillas rojas y la respiración agitada casi al compás de la mía.

Pasamos varios minutos intentando respirar con normalidad, con algo de pena nos acercamos un poco y nos dimos besitos.

-¿La última?-

Le pregunté con las mejillas ardiendo en pena, ella me miró y sonrió

-la ultima-

Me subí sobre ella rodeando su cuerpo con mis piernas a cada lado y cuando íbamos a comenzar de nuevo la puerta se abrió de golpe.

Luisa se sentó aún conmigo sobre ella y ambas mirábamos hacia la misma direccion, yo más avergonzada que nunca al ver a su abuela junto mi mamá con la boca abierta en impresión por lo que veían pero apenas soltamos la primera palabra la puerta se cerró con fuerza.

Mire a Luisa y está estaba con las mejillas más rojas que el mismo color rojo, me baje de ella con algo de vergüenza y después de estar desviando la mirada por el incómodo momento nos fuimos a bañar y bajamos para ver qué querían las mujeres que habían interrumpido.

-vaya terminaron rapido-

Dijo mi mamá y mi cara se puso roja

-¡No hicimos nada!-

-ay aja-

Yo rodé los ojos y me senté junto a Luisa dónde nos indicaba su abuela para sentarnos, nos ofreció una taza de café y después de unos minutos en silencio hablo.

-tomare lo que ví hoy como una prueba de que decidieron aceptar el hecho de tener hijos-

Luisa se atragantó con el café y yo le di pequeñas palmaditas en la espalda para intentar ayudarla, claro está con vergüenza por lo que su abuela decía.

-no hay nada de que avergonzarse, todos lo hicimos alguna vez, el sexo es de lo menos que se deberían sentirse intimidadas además son jóvenes, apuesto que lo hacen a toda hora del día-

Me aclare la garganta de forma exagerada para que mi mamá entendiera la indirecta e hiciera silencio.

-bueno y ¿para que nos buscaban?-

Hablo Luisa intentando aligerar el aire bochornoso de la conversación

-sobre eso, pensamos que sería una buena idea que fueran con Bruno para ver cómo estaremos después del celo, ya saben por si habrá o no cachorros-

Después de conversar y aceptar por ir con Bruno y averiguar sobre lo que nos deparaba el futuro, Luisa salió y yo simplemente fui con Mirabel a contarle lo de la profesia, solo quedaba ver qué todo estuviera bien.

Conquistando A Luisa MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora