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-¡¡aaah!!-

Escuche pasos fuera del cuarto y como Camilo entraba preocupado

-¡¿estas bien?!-

-¿Que le pasó a mi barriga?, Ayer no la tenía así-

Le dije mientras sostenía mi pantalón favorito sin poder abrocharlo por lo enorme que estaba mi barriga.

-claro que la tenías así, tienes cuatro meses y medio tu panza esta enorme porque tienes tres bebés ahí adentro-

Frunció el seño y mire al espejo viendo cómo mi pancita estaba mucho más grande, apuesto a que ayer no estaba así, me seguí mirando y de la nada me puse a llorar.

-¿paso algo?, Escuché un grito y vine a ver qué pasaba-

El señor Bruno se asomo por la puerta, yo voltee a mirar de nuevo al espejo y seguí llorando.

-¿Está bien?-

Pregunto está vez a Camilo

-si lo está, solo que se acaba de dar cuenta que está embarazada-

-¿otra vez le dejo de quedar la ropa?-

-aja-

Ambos salieron diciéndome que me iban a traer algo para comer y que me pusiera otra cosa.

Suspiré y me fui a sentar después de cambiarme de ropa, me acaricie la barriga con la espalda molida de cargar tanto peso.

-hola amor-

Luisa me dió un besito en los labios y bajo para hablarle a mi pancita

-hola mis bebés hermosos-

Y me dió tres besitos en la panza

-¿Cómo te fue?-

Le pregunté mientras nos abrazamos teniendo cuidado con mi barriga

-bien, me preguntaron mucho por ti-

Hice un sonido con la garganta y sonreí recordando algo

-cierto, quería mostrarte algo, cierra los ojos-

Ella parecía confundida pero aún así los cerro, me quite la blusa y el sostén dejando mi pecho al aire.

-ya puedes mirar-

Ella abrió los ojos y se sonrojo cuando vio que le mostraba las tetas sin pudor alguno.

-estan bonitas amor-

Ella amasó la izquierda y se sorprendió cuando le dije que apretara el pezón y salia un chorrito.

-pero que-

Yo rei por la cara que puso y volvió a apretar viendo cómo salía más.

-ves, te dije que dejaras de chuparlos, se supone que deben ser gotitas no chorritos-

-mi culpa-

Ella sonrió y después de estar manoseandome más, me dió varios besitos y el momento de calentura se apagó cuando los bebés comenzaron a moverse.

Conquistando A Luisa MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora