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-¿A qué horas van llegando?-

-yo creo como que a eso de las 5 o 6 de la tarde-

Yo hice un cálculo mental y me ayude con mis dedos

-entre 3 o 4 horas, Luisa vámonos rapido-

Mi mamá y ella me miraron confundidas mientras yo me paraba, jale del brazo de Luisa para que hiciera lo mismo y nos fuéramos.

-¿Por qué tanto afán?-

Me pregunto mi mamá, siguiéndonos de camino a la puerta.

-ay mamá, usted sabe cómo son ellos de sobre protectores, luego no nos van a dejar solas-

Dejamos de hablar cuando la puerta se abrió y apenas viendolos sabía que tenía que renunciar a la idea de tener privacidad por lo que quedaba de su estancia.

-¿solas? ¿como para que?-

Mis dos hermanos mayores entraron con dos maletas cada uno y mi hermana de enmedio con una nada más.

-para nada, ¿Cómo les fue?-

Interrumpió mi mamá mientras abrazaba a mis hermanos.

-bien, larguísimo pero llegamos-

-que bueno, ya les traigo algo para tomar, siéntense ya vengo-

Mi mamá se fue a la cocina y el ambiente se puso incómodo, mis hermanos nos miraban, bueno mas a Luisa como si quisieran matarla, se podía oler los celos en el aire.

-rico verlos, nos vamos, adios-

Yo tomé la mano de Luisa para que nos fuéramos antes de que todo se pusiera mucho más tenso.

-t/n, ¿No nos darás un abrazo o presentarnos a tu... amiguita?-

Yo me detuve, me acerque a abrazar a cada uno, Mario, el segundo mayor tocó mi panza yo la miré a los ojos y el me sonrió.

-Luisa mis hermanos, hermanos, Luisa..mi alfa-

-¿como?-

Mi mamá llegó antes de que escucharnos la cantaleta de mi vida.

-¿Ustedes siguen acá parados?, Vayan para la sala, ¿Mamita usted no está cansadita?-

Yo negué con la cabeza agradeciendo a todos los angeles porque mi mamá llegará.

-no ama, ya nos ibamos-

-¿irse para donde señorita?-

-ay, María no moleste a la niña-

La puerta se volvió a abrir y todos miramos como mi papá entraba, nos quedó mirando con una ceja alzada y nos preguntó

-¿Interrumpo algo?-

-nada papá, ¿Cómo le fue?-

-bien mija, Luisa ¿Cómo le va?-

-bien señor, gracias-

Un sonido de sorpresa se escuchó por parte de mis hermanos cuando mis papas siguieron derecho con Luisa directo a la sala mientras ni siquiera les había saludado.

-esto es el colmo-

Se quejo el mayor de todos, Miguel, se cruzó de brazos con el seño fruncido.

-claro que lo es, hijos, ¿Que es eso?-

Apoyo mi hermana con un tono de aparente rabia.

Todo se volvió silencioso de nuevo, desvíe la mirada incómoda mientras me movía de lado a lado por estar parada mucho tiempo.

-¿Quieres sentarte t/n?-

Me pregunto Mario, yo negué y me puse una mano en la barriga cuando sentí una patadita, no pude contener una sonrisa pensando que mis bebés se quejaban por estar parada.

-mejor si o estos niños no me dejarán de patear-

-¿¡Niños!?-

-¿Mis bebés?-

Yo me acaricie la panza y como si todo fuera en cámara lenta mi hermano mayor se desmayo, afortunadamente mi hermana lo alcanzó a cojer para que no se cayera.

Conquistando A Luisa MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora