Conquistando A Luisa Madrigal

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-y dijeron que fuéramos a hablar con Bruno sobre lo del embarazo-

Mirabel estaba tejiendo mientras me escuchaba hablar, aveces dando pequeñas risas y sonidos de afirmación con la garganta para que continuará.

-les dije que le pusieran seguro a la puerta, apenas llegaste a vivir acá no se la pasan si no haciendolo-

Yo me sentí apenada y trate de desviar la mirada a otra parte

-no exageres, no es tanto-

-claro que si, todos los días se les escucha, sobre todo a ti parece como si en ves de hacerlo te estuvieran rompiendo, tienen suerte de que casi nadie mantenga en la casa todo el dia, porque si de ustedes dependieran lo harían todo-

-¡Ya! No es necesario que me regañes-

Ella sonrió y después de estar tejiendo por un largo rato termino y muy feliz me mostró lo que había hecho.

-pense que sería bonito, después de todo va a ser mi futuro primer sobrino o sobrina-

Yo lo tome en mis manos con los ojos llorosos por lo tierno que se veía, era un trajecito de pandita que tenía incluso una colita, sonreí y le agradeci a lo cual solo nego, tratando de consolarme para que dejara de llorar.

-vamos, no es para tanto, levántate y limpiate para que vayamos a ver esa profesia-

Yo asentí, después de secarme las lágrimas que habían escapado me levanté y casi de inmediato fui corriendo al baño más cercano solo para vomitar.

Mirabel se acercó a mí muy preocupada, me ayudó a pararme y después de lavarme los dientes y jalar la cadena del baño, me llevo con cuidado a la cocina mientras buscaba algo para darme.

-¿segura que estás bien?-

Me dijo ofreciendome un buñuelo, mi estómago se volvió a revolver apenas lo puso frente mío pero lo comí de todas formas sintiéndome mejor después de tragar

-si, solo eran náuseas seguramente es por los nervios-

Mirabel se quedó en silencio por un momento, me tomo de la mano y ambas salimos afuera de casita, quien sabe para dónde.

-ay que verificar primero-

Yo la miré con duda pero todo se aclaró cuando nos detuvimos frente a una farmacia.

-ooh-