24. Yo tan tuyo,tu tan mía

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Decidí cambiar.

Por él.

Bueno, no. Os explico: decidí que no iba a sufrir por el, por ese gilipollas. Así que simplemente hice lo que todo el mundo esperaba de mí: ser la mejor de la clase.

Todo el mundo creía que yo sería la más lista, la primera, pues tenía uno de los coeficientes intelectuales más altos de Howgarts y me atrevería a decir de todo Londres.

Así que el cambio tampoco me costó mucho, en una semana ya tenía a todos los profesores comiendo de mi mano.

En poco más de un mes tres chicos me pidieron los deberes como escusa para ligar conmigo.

Me había convertido en una puta diosa inalcanzable.

En el fondo quería que Draco me mirará, verle como le jodía no poder tenerme.

Por eso, en las clases que teníamos juntos ( en las que no estaba Hermione), siempre me adelantaba a él, siendo mejor que él.

Me encantaba verle esa carita que ponía cuando estaba celoso, cuando no tenía lo que quería.

Os preguntaréis si me he podido controlar todo este tiempo. Bueno, ha sido complicado, pero más o menos sí.

Al final del día, siempre acababa o bien con las manos llenas de sangre o bien a punto.

En fin.

Estaba saliendo de transformaciones, cuando Hermione se me acercó agitada.

-¿Cómo puede ser que no hagas nada y seas la mejor?- se estaba estresando porque empezó a decir para si misma algo así como que tenía que aplicarse más.

Yo la pasé el brazo por el hombro, sonriendo. Con el otro brazo señale al final de la clase, donde había un espejo me quedé un rato mirando y dije:

- ¿Tú has visto eso?

- Eres tú- no estaba entendiendo por donde iba-,¿qué pasa?

- Exacto, soy yo. Y yo siempre, repito siempre soy la mejor.

Me di la vuelta y salí, dejándola con la palabra en la boca.

Me fui a mi cuarto a ducharme y a cambiarme de ropa.

Estaba buscando una camiseta o algo para ponerme en el armario. Llevaba una falda negra un pelín corta y en la parte de arriba sólo llevaba el sujetador.

Llevaba el pelo suelto y un poco mojado.

Me subí a una balda para coger un top de manga larga que tenía arriba. Es lo que tiene medir menos que un pitufo, tienes que apañarte con lo que hay.

Estaba haciendo equilibrios cuando la puerta se abrió: Malfoy.

-¡ Mierda! - me resbalé y me caí.

Él rápidamente me cogió al vuelo.

- Deberías tener más cuidado, Potter- dijo con una sonrisa socarrona.

- No me habría caído si no hubieras entrado - me puse a la defensiva -,¡suéltame!

Me aparte de él y me coloqué la falda.

Cuando le volví a mirar, este me estaba revisando de arriba a abajo con la mirada.

-¿Qué?- me estaba empezando a incomodar- ¿Para qué cojones vienes aquí?

- Joder - estaba fijo, mirándome (a todas partes menos a la cara)-. Estoooo...

Me quedé esperando un respuesta y como no obtuve ninguna me di la vuelta y me puse la camiseta.

Creo que le oí decir algo así como que estaba mejor sin camiseta, pero no sé, puede ser que fuesen imaginaciones mías.

-¿ Puedes parar de contestar siempre en clase? Me pones nervioso.- Joder, lo que tardaba en contestar.

-¿ Por? ¿ No te gusta ser el segundo en todo, Malfoy?

- No me calientes, Potter, no me calientes- se estaba acercando peligrosamente a mí. Esto podía acabar o muy bien o muy mal.

Estaba ya encima mío, a escasos centímetros. Podía escuchar su respiración.

- Tu siempre estás caliente, cabrón - le dije al oído mientras pasaba mis manos por su cuello.

Me quito el pelo de la cara y preguntó quitando toda la magia del momento:

- ¿Por qué lo haces?

Yo me separé de él. Como le odiaba en ese momento.

Le miré con reproche y le contesté.

- Yo siempre tengo lo que quiero, cueste lo que cueste.

- ¿Se puede saber qué es lo que quieres?

Le miré sonriendo.

Se volvió a acercar a mí.

- Yo ya soy tuyo. Desde el primer instante en el que nos vimos. Igual que tú eres mía.

- Yo no quiero esto - le sonreí con esa sonrisa que ponía a veces cuando pensaba cosas que no podía decir en voz alta ( o al menos no debía)-. Yo quiero que me supliques.

-Yo no le suplico a nadie, jamás.

Se fue, seguramente porque no sabía cómo reaccionar ahora.

Mientras se fue dije para mis adentros:

- Claro, que lo harás. Vendrás a mí arrastrandote.

Alex Potter💔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora