Sueña, conmigo.

07. El nuevo hogar.

El nuevo hogar.

Mi padre quiso hablar conmigo.

Y después de pensarlo por toda la mañana accedí a venir. Por ello y también porque mi madre dijo que mi padre nunca dejaría de ser mi padre, por más que las cosas cambiaran.

Mi padre ha tomado un pequeño apartamento, aquí mismo en Cartagena a exactamente 25 minutos de mi casa. En un barrio privado, limpio, sublime y con muchísimos adinerados, tanto que por poco y no me dejaban ingresar.

Mantengo mis manos sobre mi regazo esperando a que mi papá comience a hablar. Hace dos días que el se marchó de casa, desde entonces mamá solo come lo que yo cocino, llora entre las frazadas y no se ha bañado.

Mi padre hasta luce fresco. Se que no es lo correcto, pero me gustaría verlo un poco como ella.

Pero no, mi padre después de la infidelidad está bien.

Finalmente el toma asiento frente a mi, en la pequeña sala de su nueva casa. Me mira fijamente y luego comienza a hablar.

-¿Cómo estás hija?

Trago antes de responder a su pregunta. Miras mi cara padre, es obvio que no. -Tú estás mejor que nosotras. -Digo al fin.

-Hija, yo, -Se queda callado unos segundos. -se que lo que hice no estuvo bien, se que probablemente tienes mucho rencor hacia mi y quizá hasta me estás odiando por lo que le hice a tu madre.

-No padre, te equivocas. No solo se lo has hecho a mi madre, también me lo has hecho a mi.

Mi padre vuelve a quedarse callado.

-Tengo una pregunta.

El traga antes de responderme. -Dime.

-Si no hubiera cogido tu teléfono. ¿Mamá sabría ahora lo que has hecho?

Mi padre no dilata en responder. -No, no hija no lo creo.

El nudo en mi garganta vuelve a cerrarse de nuevo, siento muchas ganas de llorar y no me las quedo.

Decepción decepción decepción.

Un terrible miedo Dios mío, de tener una persona como él en mi vida. No puedo creer que mi papá me haga tener estos pensamientos.

Habló con mi mamá porque  bien sabía que yo iba a hacerlo, que no iba a quedarme callada. Y si no hubiera visto su celular, el engaño habría continuado quien sabe hasta dónde o hasta cuando...

-¿Tanto te he decepcionado? -Me pregunta.

Tampoco vacilo en responder. Asiento rápidamente. -Eres la persona que en mi vida más me ha decepcionado.

Mi padre muestra tristeza en su rostro. Aún así, mantiene su postura recta.

-Es que no has tenido una decepción amorosa. -Me dice aflojando los nudillos de su corbata.

-No, -Digo poniéndome de pie. -pero cuando la tenga, sabré que podré cambiar de novio, ¿a un padre como lo cambio?

Hasta estas alturas veo remordimiento en el rostro de mi papá, no me da ni un poco de gracia verlo mal, pero alguien tenia que hacerle ver la magnitud lo que él ha hecho.

-Fue inútil que viniera. -Digo con intención de marcharme.

-No hija, no, quédate. Yo se bien que merezco todo lo que me estás diciendo, ello y mas. Así que habla, estoy aquí para escucharte.

Esto tampoco era lo que yo quería conseguir. Niego. -No ganare nada haciéndote sentir mal.

-Quizá así tu consigas sentirte mejor.