17. La primera vez.

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La primera vez.

-Tia... Estoy aquí, ¿qué es lo que ocurre?

Mi corazón comienza a palpitar con fuerza sobre humana, mi vista se aparta completamente de los dibujos y doy media vuelta para encontrarme con los rostros de todos ellos.
Mis amigos me miran sonriendo, Ady luce muy animada y ha comenzado a aplaudir despacito con sus palmas sobre sus labios.

La puerta de la entrada se escuchar ser cerrada y unos leves pasos se comienzan a escuchar cada vez más cerca.

Dios mío.

-Hijo, estamos en tu pieza.

Rápidamente paso mis manos por mi cara y por mi cabello, para asegúrame de que no haya nada fuera de su lugar. Demonios.

Su voz es tan exacta como solía mantenerla en mis sueños.

Finalmente diviso sus pies detenerse a un costado de la puerta, soy cobarde, lo sé porque ni siquiera me atrevo a levantar la mirada.

-Mira quien está aquí.

Al escuchar la voz de su tía Catalina siento la mirada de todos aquí sobre mi, mis rodillas parecieran no tener equilibro, mi estómago pareciera no tener fondo y todo mi ser en general pareciera vivir un sueño sin valor.
Lentamente mis ojos comienzan a ascender de sus pies, justamente cuando comienzo a verlos caminando, viniendo poco a poco hacia mi.

Nikes blancos, jeans azules, playera azul con rayas... sus brazos al desnudo, un montón de venas remarcadas, un suéter sobre su hombro...

Tímidamente mis ojos alcanzan hasta su rostro, esto es mucho mejor que un sueño. ¿Entonces que significan las emociones nuevas?
Desespero, ansiedad y alegría, mucha alegría.
Por verlo, por sentir mi sueño tan cerca y también tan real.

Sus labios levemente abiertos se transforman en un amplía sonrisa, acto que me hace sonreír también.

Un par de pasos más y puedo divisarlo justamente frente a mi.
Su altura me intimida un poco, levanto mi rostro para no dejar de ver el suyo y una pequeña y agradable carcajada deleita mis oídos.

Esta recordando el sueño en que se burlaba de mi estatura. Lo sé.

Sus ojos divagan por cada pequeña facción de mi rostro, mis ojos hacen exactamente lo mismo.

Siento los dedos de una las palmas de sus manos acariciar levemente mi cabello desordenado, sin dejar de sonreír toma un mechón del mismo acomodándolo detrás de mi oído. Cierro los ojos al sentir y disfrutar su tacto.

-Supe que era ella en cuanto la vi, -Escucho el sonido de la voz de su tía y luego aparece en vuestro campo de visión. -por todos esos dibujos que hiciste de ella.

El asiente regresando su vista hacia mi. -¿Dónde estaba?

-En la plaza.

Él asiente de nueva cuenta, pasa una de sus manos por su cabeza volteándome a ver. -Que bueno que viniste. -Me dice bajito.

Solo sonrío en respuesta, asiento y me siento muy tonta al sentir mi cara caliente.

Llevo mi vista hacia mis amigos, ellos me miran sonriendo, sonrío también.

Adonaís parece percatarse de su estadía y se comienza a acercar a ellos tendiendo su mano.

-Adelaide, la mejor amiga de Dian y quien la convenció de que viniera.

-Oh, muchas gracias. -El voltea a verme de nuevo. -Gracias en verdad.

-Y yo soy Jerry, -Me señala. -amigo y primo de Dian.

Sueña, conmigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora