20. El lago. II

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El lago, parte dos.

Tomo la mano de Adonaís mientras comenzamos a caminar. Él voltea a verme, me sonríe y lleva mi muñeca a sus labios.

Delante de vosotros caminan los chicos, Adelaide observa curiosa todo el lugar, mientras que Jerry inicia FaceTime con Laura, para que ella pueda verlo todo también.

Me gusta estar aquí con él, en mi antigua relación no había más que pasar el tiempo en lugares cerrados, digo, no me desagradaba ni un poquito en su momento pero ahora, ahora estoy con una persona que no me está escondiendo, por llamarlo de alguna manera, con una persona que me está llevando a sus lugares favoritos, con alguien que quiere compartir conmigo además de tiempo, experiencias.
Ahora puedo recordar que Luca nunca me pregunto que me hubiera gustado hacer cuando compartíamos tiempo, él solo me hablaba sobre las películas en vuestras casas, las cenas en los restaurantes y bueno, besarnos en la sala. Ahora se qué hay un montón de cosas que quiero hacer al lado de la persona que le está regalando mariposas a mi estómago.

A pesar de ser un lugar increíblemente hermoso no hay muchas personas, quizá es porque aún es temprano, toda la vista majestuosa es para vosotros.

Desde vuestra vista podemos divisar una enorme quebrada, que desemboca en un gran lago lleno de patos, peces y tortugas, hay botes disponibles para montar y dentro de un área un poco apartada una piscina para nadar.
También hay una pista de patinaje, canchas deportivas y una enorme tirolina.

Adonaís se mira muy contento, ha puesto sobre sus ojos unas gafas para sol en color negro, justo cuando pensaba que no se podía lucir más guapo.

-¡Es que este lugar es increíble! -Exclama Adelaide tomando fotografías. -Siento que tenemos un poquito tiempo para pasar aquí. Pero volvernos pronto, ¿Verdad Dian? Querrás volver pronto a donde tu novio.

Abro levemente los ojos por unos momentos tratando de recuperar mi postura, no quiero que Adonaís sospeche que me he emocionado sobre manera que Adelaide lo haya llamado como mi novio, tampoco quiero someterlo a algún tipo de presión. Así estamos bien, también pienso que no tenemos que etiquetar a esto que apenas estamos construyendo. Él es mi sueño y estoy muy feliz con ello.

Él solo me voltea a ver sonriendo por lo bajo. Debo admitir que a mi tonto corazón si le hubiera gustado que hubiese dicho algo.

Pero venga Dian, no es momento para sentirte mal, tienes dos maravillas justo frente a ti.

-Mira allá. -Me dice Adonaís señalando unas cabañas cerca de la cascada. -Esas cabañas se pueden alquilar también, me gustaría mucho que te quedarás más tiempo.

-¿Has pasado la noche en una de ellas?

Él asiente. -Si muchas, con la abuela nunca, pero si con amigos.
Pensé en traerte ayer, pero me ganaron las ganas de conocerte más y charlar en la privacidad de mi habitación. -Me sonríe.

Tienes mi ser entre tus manos. Pienso.

-Ya habrá más oportunidades. -Le sonrío. -Suena como una pijamada, será muy divertido.

-Estoy convencido de que todo lo es contigo.

Sonrío en respuesta y luego llevo mi vista hacia la tirolesa.

-¿Quieres ir ahí? -Me pregunta.

Asiento. -Si me gustaría. ¿Quieres?

-Si, pero antes... -Toma mis manos con las suyas viéndome de frente. -cuando tu amiga mencionó sobre, bu-bueno.

Asiento rápidamente para indicarle que entiendo y que no tiene porque seguir hablando.

-No espera, -Me dice. -si quiero serlo, -Suspira. -solo que pensaba en que fuera algo muy importante y preparado y justo ahora no tengo el tiempo para hacerlo y... bueno, eso no quiere decir que no te quiera como ello, te quiero como más, como mucho más que ello. -Toma un mechón de mi cabello de mi rostro para acomodarlo detrás de mi oreja. -Y cuando te vayas esta vez... llévate en tu mente el hecho de que te respeto, te quiero y te llevo dentro de mi como, como mi pareja, en todos los sentidos posibles.

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⏰ Última actualización: Apr 25, 2022 ⏰

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