Pereira.
El avión ha aterrizado.
Mi pecho sube y baja con intensidad.
Venga Dian. Ni que Adonaís estuviera esperando afuera por ti.
Todos, conocemos las circunstancias por las que hemos venido.
Solo sueños, unos que deben ser solo parte de mi imaginación y cansancio.
Ugg, cómo fue que me deje enredar.
Aunque, Pereira es una ciudad preciosa, no me molesta ni un poquito pasar el fin de semana por aquí.
Además, solo es para poder dormir tranquila a partir de esta noche, si, solo por mis dulces sueños estoy aquí.
He sido la primera en la fila, tengo mi maleta con todas mis pertenencias mientras espero en la pequeña sala del helipuerto. La puerta se abre una y otra vez sin ver salir a mis amigos.
Adelaide y Jerry.
Ellos tienen padres, pero no tienen porque pedir permiso para estas cosas, solo avisar, y Laura, bueno, sus padres le dijeron que debía pedir permiso con un mes de anticipación cuando quisiera viajar.
Así que solo ellos dos han venido conmigo. Me pregunto que tan incomodo va a ser para Ady.
Finalmente y luego de cuarenta minutos de espera, ellos finalmente salen de la pesada puerta.
Ambos vienen charlando y me sonríen cuando me ven.
-La fila estaba larguísima. -Dice Adelaide. -Me duelen las piernas.
-Lo sentimos prima. -Habla Jerry. -Es un poco tarde, vamos al hotel para iniciar con esta búsqueda.
Asiento mientras comienzo a caminar detrás de ellos.
No tengo capacidad para ser un guía, nunca lo he sido.
Terminamos por salir del aeropuerto, Jerry se encamina hacia el lapso de taxis y el conductor del mismo comienza a ayudarnos a guardar el equipaje en la cajuela.
Tomo mi lugar en la parte trasera junto con Adelaide, mientras que mi primo tiene su lugar en el copiloto.
Jerry ya había estado aquí antes, hace un par de años con el equipo de fútbol en que él antes practicaba. Así que fue de gran ayuda para conseguir hotel y también lo será para movernos dentro de la ciudad.-No es un mito. -Dice Adelaide bajando el vidrio de las ventanillas. -Todo aquí huele a café.
Pereira es una cuidad preciosa, tengo aquí cinco minutos y ya puedo asegurarlo. Todo es tan verde, la vista de las montañas es asombrosa y todos parecen moverse sobre sus propias ruedas.
El viaje hacia el hotel no es largo, en menos de veinte minutos hemos llegado. Mi primo Jerry paga el costo y agradece por los servicios al taxista.
Pasan solo unos minutos para vernos subir el elevador del hotel acompañados de un botón.
La habitación que hemos alquilado consta solamente en dos pequeñas camas, un baño completo, un sofá, dos sillas y una pantalla de tv.
Pediremos comida de la calle o bien, del hotel.
No tenemos problema alguno con las comodidades, solo será por um corto tiempo, nada más que dos noches.
-Dian y yo compartimos cama. -Dice Ady dejando sus cosas al costado de una de ellas.
Mi primo asiente dejándose caer de golpe en la cama restante. -El viaje no ha sido largo, pero me siento cansado.
Ady solamente sonríe llevando su vista de Jerry a mi.
Le sonrío en respuesta y ella termina por dirigirse al pequeño baño.
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Sueña, conmigo.
Teen FictionCartagena. Colombia. Dian. Esta es mi historia. No. Perdón. Corrección. Estos son mis sueños, unos que comenzaron a invadir a mis noches y a perseguir mis días completos. Unos que me enseñaron a dejar mis miedos de lado y a enfocarme en una sola...