Las disculpas.
-¿Qué es lo que más te gusta hacer?
Su pregunta me saca un poco de onda. ¿Lo que más me gusta hacer?
Hasta hace algún tiempo podría decir que lo que más me gusta hacer es compartir con mi familia y mis amigos, luego, la relación de mis padres se hizo polvo y las personas que más quería me traicionaron.-Lo que más me gusta hacer ahora es estar contigo.
Adonaís sonríe ampliamente. -¿Puedes hacerme la misma pregunta?
Sonrío ante su comentario asintiendo. -¿Qué es lo que más te gusta hacer Adonaís?
Él sonríe mirándome, sus mirada es pícara y su sonrisa coqueta. -Pasar mi tiempo contigo, muñequita.
Asiento sonriendo ampliamente, como si de una pregunta se hubiera tratado.
Cuando estoy con Adonaís no hay nada que agonice mi alma o ponga una mueca triste en mi rostro. Esto es algo que nunca nadie había conseguido de mi.
-Pensé que lo que más te gustaba hacer era tocar la guitarra. -Sonrío.
El levanta sus hombros en respuesta. -Pues ya ves que no, ademas, eso nunca fue mu hobbit favorito.
-¿Ah no?
Él niega. -Además de cantar y tocar la guitarra, me gusta más dibujar.
-¿Dibujar? Eso es algo que no hemos hablado sobre ti.
Sus mejillas están un poco coloradas mientras sonríe. -Es que nos conocemos hace muy poco tiempo. Aún restan muchísimas cosas por tener, el uno del otro.
Mis mejillas están mucho, muy coloradas ahora.
Digo que si con la cabeza mientras me pongo de pie. -¿Cuándo podré ver lo que dibujas?
Adonaís se pone de pie junto conmigo. -Cuando quieras, muñequita.
-
Abro los ojos lentamente mientras llevo mi cuerpo a la esquina de mi cama. Cada vez que tengo un sueño con Adonaís despierto perdida y despistada, como si de algo real se hubiese tratado.
Los mismos pensamientos no salen de mi mente, las imágenes, las frases y las pequeñas cosas que conforman cada uno de esos sueños.
¿Y si él fuera real?
Adelaide lo ha intentado buscar en facebook, pero es algo muy loco, también ha dicho que puede ser posible que haya visto a Adonaís en alguna parte, que me haya gustado y por ello no ha salido de mi cabeza. No se que tan descabellado pueda ser.
Pero es que, aunque Adonaís resultara ser real, no me siento preparada para tener una nueva relación. En el remoto caso de que él gustara de mi.
Eso quiere decir que yo si gusto de él.
Dios mío, estoy alucinando.
Niego al darme cuenta de mis pensamientos, me pongo de pie y me dirijo al baño de mi habitación.
Es sábado, de nuevo, mi mamá ha tenido un banquete reservado para el día de hoy, así que me he quedado sola. Pintan las nueve de la mañana, mi padre el día de ayer me llamó para invitarme a desayunar. Mamá me dijo que fuera, no tengo ni un poco de ánimo para hacerlo, no tengo ganas de salir y tampoco tengo ganas de verlo.
Lavo mis dientes, mi cara y peino mis cejas para bajar a desayunar, mamá ha vuelto a cocinar, ha decir verdad, solo un par de días fue que dejó de hacerlo, eso quiere decir que se siente mejor ahora. Y que solo unos días estuvo realmente decaída.
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Sueña, conmigo.
Teen FictionCartagena. Colombia. Dian. Esta es mi historia. No. Perdón. Corrección. Estos son mis sueños, unos que comenzaron a invadir a mis noches y a perseguir mis días completos. Unos que me enseñaron a dejar mis miedos de lado y a enfocarme en una sola...