La noche.
-Desde que tengo memoria, solo hemos sido mi tía, mi abuela y yo...
Adonaís se reacomoda sobre su cama, toma mi cadera para acercarme a él y continúa hablando.
-...si conozco el rostro de mi mamá no es porque la recuerde, es por las fotografías.
Yo era muy bebé cuando ella falleció.Toma una de mis manos con la propia mientras la acaricia y juguetea con mis dedos sin dejar de hablar.
-Como yo necesitaba de mucho cuidados me quedé aquí, en la casa de la abuela, con los abuelos, mis tías y también con mi padre. El cual, años más tarde quizo llevarme con él a su nuevo hogar, aunque realmente nunca se quedaba aquí todo el tiempo, quizá si todos los días pero ni una sola noche lo puedo recordar.
Cuando mi padre decide establecerse en una casa propia, lejos de la casa donde vivió con mi madre, que era la casa de sus padres, él quiso llevarme consigo, y aunque era un niño realmente pequeño, puedo recordar que no me sentía cómodo en una casa tan grande, y con tan pocas personas, yo extrañaba mi hogar pequeño y acogedor, también a mi familia. Así que mi padre no tuvo más remedio que aceptar que yo me quedara aquí.
Aquí he vivido toda mi vida.Termina de hablar besando mi frente.
-¿Todavía mantienes comunicación con tu padre no es cierto?
Adonaís asiente. -Si, lo visito de ves en cuando, él forma parte de una cadena de abogados, no tiene mucho tiempo para mi, pero si tiene dinero, -Ríe. -y así está bien, aunque mi tía y yo nos hemos sentido un poco solos últimamente.
Aunque, -Se encoge de hombros. -mi padre sigue pensando lo que único que necesito de él es su dinero, pero bueno, que se le va a hacer.-Tu tía me dijo que estabas trabajando... -Digo buscando saber un poco más sobre sus aspectos personales.
-Si, en la oficina de mi padre.
-Creí que soñabas con dedicarte al arte, no a escritos y papeleos.
Adonaís ríe. -Los sueños no siempre se hacen realidad, muñequita.
Aunque feliz estoy porque si hubiera tenido la oportunidad de convertir un sueño realidad... tú hubieses sido mi elección. -Me guiña un ojo. -Y aquí estás.Su comentario me hace sonreír pero no puedo evitar dejar de lado el hecho de que él deje de lado sus sueños, venga trabajar en lo que queremos para que no sea un trabajo si no una vocación.
Hago una mueca y asiento. Pero no dejaré este tema en el olvido.
-¿Y tú otra tía? -Pregunto. -Mencionaste dos.
Adonaís asiente. -El matrimonio de ella si funcionó, es mas joven que Catalina, por tres años.
-¿Tu tía catalina estuvo casada?
-Bueno, algo así, de manera cónyuge. Aunque se separaron hace más que doce años.
-¿No vivían bien?
-Él la golpeaba y toda si familia la maltrataba...
-Oh, disculpa yo no...
-Esta bien. Ella estaba embarazada la última vez que él la golpeó. Entonces abuela la recogió del hospital y la trajo de nuevo a casa.
-Entonces ella te ha cuidado como si fueras tú su hijo.
Adonaís asiente. -Si y nunca me ha dejado solo.
Puedo recordar a mi tía Paola vivir aquí, no hace mucho que ella se casó y se marchó de la casa, pero solo vuelve cada fin de año un par de días, hay mucho ajetreo apenas y puedo saludarla.
También vivía con mi abuela, pero ella...
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Sueña, conmigo.
Teen FictionCartagena. Colombia. Dian. Esta es mi historia. No. Perdón. Corrección. Estos son mis sueños, unos que comenzaron a invadir a mis noches y a perseguir mis días completos. Unos que me enseñaron a dejar mis miedos de lado y a enfocarme en una sola...