26. MÁS QUE HOY Y MAÑANA

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Taehyung abrió la puerta de su hogar dejando entrar primero a los Kim y a Hoseok detrás de ellos. Jimin tenía un semblante ansioso, no sabía que esperar de la situación, no distinguía todavía lo qué era normal y lo grave para esta gente.

Jungkook reconocía la inquietud en el rubio, por eso se mantenía cerca, tratando de mantener la compostura por el omega al que sostenía por el hombro brindando algo de tranquilidad; aunque no se sintiera para nada tranquilo.

Hoseok pudo reconocer la figura de Yoongi que estaba sentado en uno de los sofás de la estancia. El alfa alzó la mirada tras percibir esos aromas desconocidos entrando a su casa, percibía con más fuerza el aroma del alfa puro que opacaba por completo al del omega, sin embargo, no parecía alarmante.

No hasta que Yoongi entrecerró los ojos al ver la mano del otro alfa envolver la de Jimin, sintiendo a su alfa gruñir en su interior.

Como si Hoseok hubiera reconocido ese sonido, el de cara alargada lo miró. Notó que la mirada de Yoongi se volvía hostil y que nunca se dirigió a él, su atención estaba puesta sobre los Kim, pero más en el de cabellos rubios que lo pasaba por alto.

—¿La sanadora se ha ido? —inquirió Tae para romper el silencio.

—Sí, hace un momento.

—¿Qué es lo que ha dicho ella? —esta vez interfirió Hoseok con voz apagada.

Antes de que su pregunta fuera respondida, Jimin los interrumpió. Buscaría su explicación más tarde, primero necesitaba ver al alfa para estar tranquilo y saber que era lo siguiente que harían antes de que fuera demasiado tarde para actuar.

—¿Podemos subir a verlo?

Soobin al percibir la inquietud del otro omega, asintió señalando las escaleras e indicándole la dirección en la que deberían girar. Jimin agradeció amable y tanto él como Jungkook se dispusieron a subir por las escaleras con las manos sudando y temblando, rezando por no encontrar en una situación grave a Namjoon.

Jimin vio la puerta que el menor de los Min les indicó y tomó la perilla para abrir la puerta lentamente. Lo primero que vislumbró fue la figura del alfa recostado con la vista fija al frente.

Al abrir la puerta en su totalidad, se encontró con la mirada de Seokjin. Juró haberlo visto con la mandíbula tensa y una mirada que lanzaba muchas advertencias, el de cabello oscuro se enderezó cuando reconoció que no era cualquier omega, sino el que residía en casa de su líder.

Jin no quería ser grosero con los recién llegados, mucho menos con la familia de su líder.

De haberse dejado llevar, su acción podría considerarse un ataque directo a su jefe de manada por atacar a un miembro de su familia. Lo que llevaría a un castigo doloroso o su propia muerte. Seokjin se puso serio, cambiando su aura y su expresión a una más relajada, sintiéndose apenado y desvió la mirada lejos de la familia y del alfa que maldecía la interrupción.

—Hola Seokjin —saludó Jimin con amabilidad—. Qué bueno verte, ¿has estado cuidando de Namjoon? No creo que haya sido muy sencillo —insinuó con tono juguetón.

—Ha sido sencillo, recién ha despertado.

Seokjin se atrevió a mirarlo a los ojos, pero su pena era más grande por lo que no pudo responder al amigable gesto del rubio que solo trataba de aligerar las cosas, Jimin prefirió calmar su repentina efusividad cuando el otro parecía no querer dirigirles la palabra por respeto o lo que sea.

Carraspeó. —Jungkook, él es Min Seokjin, hermano mayor de Taehyung. Seokjin, él es Kim Jungkook, es el hermanito de Namjoon.

El omega con el lazo estrechó la mano del alfa que parecía tener facciones de un pequeño, esos ojos redondos y adorables le recordaron a Soobin a quien había tratado mal precisamente por una emoción similar a la que experimento con Jimin.

HIJOS DE LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora