6.- CONOCIENDO BERGWALD.

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         El tiempo corrió sin poder detenerlo, después de llegar del pueblo Namjoon pudo recuperar algo de su energía. Acomodaron las cosas que compraron como mejor pudieron y la noche cayó.

Namjoon oía las risas que Jimin compartía con Hoseok, que los había regresado a su guardarropa para vestir algo más informal.

—Esto no es una boda, vayan a su armario y busquen otra cosa

Jimin y Hoseok se notaban muy entusiasmados, Jungkook por otro lado estaba bebiendo agua mirando a aquellos seres divertidos.

El alfa se dio un vistazo en el espejo roto que colgaba en una de las paredes, una parte de su rostro se veía perfecta, nítida y podría decirse que hasta poderosa, pero la parte estrellada le mostraba un poco de inseguridad, malos recuerdos de una noche con gritos, luces naranjas y rojas consumiendo la tierra.

—Es hora de irnos, todos están esperando.

—No queremos hacerlos esperar más.

Jungkook dejó el vaso sobre la vieja mesa y tragó pesado viendo a su hermano mayor. Hoseok salió de la cabaña con Jimin pisándole los talones, el omega parecía el más emocionado por reunirse con toda esa gente, por otro lado el menor de los Kim no sabía que esperar de todo eso. Comenzó a caminar luego de palmear el hombro de su hermano mayor para que lo siguiera.

—Vamos, no querrás hacer esperar a tu manada —enfatizó.

El alfa de cabellos grises vio el reflejo de su hermano en el espejo alejándose hasta que este salió por la puerta. Namjoon se tomó un par de respiros, no sabía porque se sentía tan nervioso.

Jungkook bajó los escalones deteniéndose delante de Jimin, le sonrió y este respondió con un encogimiento de hombros. Sus oídos se llenaban del cantar de las criaturas nocturnas del bosque, algún búho en la lejanía, los grillos por alguna parte cercana y las chicharras escondidas entre los árboles. Namjoon salió de la cabaña portando sus gafas, JK jamás diría en voz alta lo mucho que se parecía a su padre cuando las usaba.

—¿Piensan que es demasiado informal?

—No, me parece perfecto —respondió Hoseok levantando los pulgares.

Caminaron hacia la plaza principal de la colonia, Hoseok contaba que no sabía qué hacer con exactitud en estos eventos, pero deseaba que fuera lo más natural posible. Jimin lo llamó improvisación, Namjoon no quedó seguro ya que el único capaz para eso y quien generaba confianza al hacerlo fácilmente era Jungkook.

Jimin vio luces adornando los troncos de los árboles, una fila de focos colgando de lado a lado de la plaza central. La gente estaba reunida y además del eco que la música dejaba, podía percibir sus barullos, algunos sostenían unos bellos vasos de plata, había mujeres alfa muy atractivas portando diferentes joyas y aretes exquisitos en un color similar al oro.

Vislumbró a un grupo de omegas charlando entre risas en una de las mesas, señalaban algo o alguien. Jimin generalmente no convivía mucho con otros omegas, a veces ellos mismos lo excluían, esperaba que aquí no pasara una situación semejante y pudiera tener más amigos. También vio a algunos niños corriendo entre los adultos, probablemente estarían jugando a algo demasiado interesante.

Una vez que se acercaron lo suficiente y la luz iluminó sus rostros, las voces se silenciaron al igual que la música. Las miradas de los habitantes se posaron sobre ellos cortándoles la respiración, algunos rostros eran curiosos otros no mostraban absolutamente nada.

Hoseok se adelantó. —Damas y caballeros, Kim Namjoon, nuestro alfa líder.

El corazón del mencionado repiqueteó y por impulso hizo una reverencia a los presentes, no sabía si era lo que un líder de manada debía hacer ante su manada, pero aún así se arriesgó a intentarlo.

HIJOS DE LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora