11. De regreso a Almarzanera

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No olviden los comentarios!!! dedico a quienes dejen más comentarios y mejores y cuando acabe la novela veré de dar algun regalo a quienes hayan participado más!

La anterior semana logramos llegar a los primeros puestos en novelas sobrenaturales gracias a sus comentarios y votos!

Era la primera vez en años que no despertaba en mi cama, y tener a Celeste durmiendo a mi lado lo corroboraba. Todo lo ocurrido el día anterior se sentía tan irreal que podría jurar que había ido a otra dimensión.

Iris no estaba en la cama, no me interesaba saber dónde estaba. Me levanté con cuidado y tratando de no hacer ruido fui reuniendo mi ropa. Luego me teletransporté a mi auto que estaba parqueado frente al edificio. Me fui vistiendo, tratando de entender lo ocurrido.

Me había sentido igual a cuando era un puberto y las hormonas se me alborotaban por estar en situaciones en que las energías de los entes y el traspasar el espacio inter dimensiones me afectaban. Lo que fue disminuyendo con tal fui creciendo y era raro que me afectaran de esa forma a esas alturas de mi vida.

Tal vez había bebido demasiado o tal vez había algo con el aroma de esos inciensos, ¿alguna droga?

No me iba a quedar a averiguar. Solo encendí el auto y partí.

Mis amigos me recibieron como si fuesen mis padres, los ignoré mientras entraba directo a darme un baño.

—¿Dónde estabas? Nos preocupaste te llamé mil veces —me interrogaba Grecia, subiendo las escaleras a mi lado—. Teníamos cita con la florista, tuve que ir con Tiago.

—Oye lo dices como si fuese algo malo —protestó él.

—Porque no me ayudaste con ninguna decisión, lo único que dices es "elije lo que te guste".

—¿Y eso que tiene de malo?

—Todo, necesito ayuda para decidir.

Mientras discutían llegué a mi habitación y les cerré la puerta, no sirvió, aparecieron adentro. Ese era el problema de vivir con gente que puede teletransportarse, las puertas no son impedimento.

—Se me acabó la batería. No necesito reportarme con ustedes a cada momento, no soy su hijo.

—No es eso. Es que nos preocupa, imagina si te pasó algo. Estés herido, te atacaron, no lo sé—Grecia me dijo con voz suave.

—Sí, tienes razón, lo siento. No pasará de nuevo, ¿me dan algo de privacidad? Necesito un baño.

Tras mi petición ambos desaparecieron. En la ducha me di cuenta de cómo tenía el olor a los inciensos impregnado en mi cuerpo y recordaba la piel de aquellas chicas contra la mía. No era agradable. En aquel momento sí, solo quería que ellas me complacieran, pero después, me sentí culpable.

Tiago al parecer no entendió lo de privacidad, me esperó en el asiento de mi escritorio, mirando mis dibujos y me atacó con su interrogatorio.

—Dime la verdad, ¿con quién pasaste la noche?

—Eso no te importa.

—Claro que me importa. ¿Fue con Iris verdad? ¿Te gusta?

—No, no me gusta. —negué—. Sabes que la única a la que quiero es a Sophie.

—Está bien, pero eso no responde mi pregunta, ¿pasaste la noche con ella? No te voy a juzgar. Yo me habría matado si hubiese pasado tantos años sin sexo como tú.

—Sí... pasé la noche con ella y con su compañera de departamento.

—Wow, sí que la pasaste bien. Quiero detalles—se sentó erguido, creyendo que le contaría todo como cuando le hablaba de mis viajes inter dimensionales.

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