35. Convergencia

683 88 54
                                    

Por fi, se que pasó mucho tiempo, pero déjenme comentarios, los quiero mucho.

***

—Buenas noches, espero que hayan cumplido hoy con su deber ciudadano. — Alice nos recibió cargando a su gato, que de inmediato pasó a los brazos de Nicky. No entendía como podía verse tan alegre en un día como ese.

Eran las elecciones, y Luciano Legio, el líder del Círculo, iba ganando con mas del setenta por ciento. Las urnas digitales ya estaban por cerrar y no había forma que eso se revirtiera.

—No entiendo cómo esta tan tranquila después de que el Círculo, literalmente, se apodere del país—le mencioné desganada.

—No hay nada que pueda hacer contra eso en este momento, pero ya veremos la forma de acabar con todos en el momento indicado.—Cerró la puerta tras de nosotros, prácticamente invitándonos a pasar a la casa de mi padre.

Los sillones la sala estaban ocupados por bolsas de compras, era obvio que mi padre ya le había habilitado una tarjeta de crédito y Alice no había perdido el tiempo en ir de compras. Solo esperaba que sí hubiera pagado, las deudas que tenía.

No le estaba costando nada de trabajo retomar su lugar como pareja de mi padre. Lo cual era extraño, mas no desagradable. Jamás iba a poder ver a Alice como mi mamá, pero tenía razón en lo que me había dicho, podíamos ser mejores amigas.

—Bien, hoy es luna llena. ¿Lista para intentarlo de nuevo?—esta vez el optimismo de Alice se convirtió en un gesto de preocupación, hasta al día anterior, no había presentado ningún progreso. Mas eso iba a cambiar, ese día tenía que lograrlo.

—Sí, hoy lo lograré, caminaré por el espacio interdimensiones.

—Me gusta tu seguridad.

—Claro que está segura, hoy es su última oportunidad. Siempre logra todo cuando lo deja para último momento—se metió a decir Ian.

Le hice notar que su cometario era estúpido, mas no estaba equivocado, sabía que lo iba a logar, porque funcionaba mejor bajo presión. Lo iba a hacer, porque tenía que hacerlo.

Nos acomodamos en el suelo, echadas de espalda. Mirando en direcciones opuestas, dentro de un círculo de malaquita que Ian encendió.

Respiré profundo, la luz de la luna ayudaba bastante, atravesar portales era más sencillo con la luna redonda a plenitud. Mis manos y las de Alice estaban unidas por una cadena de plata y en la otra mano llevaba una bolsa de tela, con cosas que ella me dijo servirían en el espacio interdimensiones.

Debía sentir su presencia y seguirla. Le agarré la mano e intenté percibir su energía, pensar lo menos posible, solo enfocarme en sentir.

De pronto, como si un suspiro rozara mi nuca, comencé a percibirlo: energía, una presencia a mi lado. De alguna forma se sentía familiar y acogedora, un refugio ante el miedo.

—Ya estás aquí —escuché su voz y todo se hizo claro, de cierta manera. Podía ver mi cuerpo recostado en el suelo, como en una ventana rodeada de bruma negra.

—¿Estamos en el espacio interdimensiones?

—Sí. En el inicio, ahora debemos movernos.

El cordón brillaba en medio de la mas profunda oscuridad. No entendía qué pasaba, ¿flotaba? ¿El espacio se movía mi alrededor o estábamos quietas? Mi confusión duró unos segundos. Hubo algo de luz de pronto. Miré a mi alrededor. Parecía estar en un bosque, con árboles secos de ramas torcidas, un suelo de tierra y un ambiente con colores apagados, en tonos sepia, excepto por el cielo que parecía teñido de un rojo ocre.

ShiftingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora