𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓𝐍𝐈𝐍𝐆 𝐓𝐇𝐈𝐄𝐅 | ' de las dificultades nacen milagros '
‾‾‾‾‾‾‾‾‾‾« en donde Cíon Metaxás
siempre ha sido una chica problemas.
Había estado en ellos desde que tiene
memoria y eso nunca podrá cambiarse » ‾‾‾‾‾‾‾‾‾‾
▹ percy jacks...
MI PROFESORA DE INTRODUCCIÓN AL ÁLGEBRA SE PULVERIZA FRENTE A MIS OJOS
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¿POR QUÉ LA VIDA ES TAN DIFÍCIL?
No.
Más bien.
¿Por qué lo era la mía?
Debí haberme quedado quieta, no meterme donde no me llamaban. ¿Pero escuché? La verdad es que no. Los mestizos nunca escuchan, sin importar lo peligroso que sea. La mayor parte del tiempo sólo estamos para ser asesinados de manera terrible y dolorosa.
Eres afortunado, niño. Si eres alguien normal que está leyendo esto porque cree que es ficción, genial. Sigue leyendo cómo nos dan palizas, diviértete con nuestro sufrimiento. Siento un poco de celos de ti, aunque no lo andes divulgando.
Pero si crees que podrías estar en la misma situación, lárgate antes de que sea yo quien te de una paliza: mi vida no será un manual de supervivencia para nadie. Aprende a vivir. Arriesga la vida como todos. Si eres uno de nosotros, no se lo digas a nadie. Cuanto menos gente lo sepa, mejor. Aunque si tu lo sabes, sólo es cuestión de tiempo que también ellos lo presientan, y entonces irán por ti.
Apestas, de verdad.
No digas que no te lo he advertido, así mi trabajo estará hecho.
Me llamo Alcíone Metaxás.
Tengo doce años. Hasta hace unos instantes estudiaba interna en la academia Yancy, un colegio privado para niños con problemas, en el norte del estado de Nueva York.
Te lo estarás preguntando, ¿soy una niña con problemas?
Sin dudas.
La amenaza de la paliza sigue en pie. No lo olvides.
Podría empezar en cualquier momento de mi corta y lamentable vida para dar prueba de ser alguien con problemas, pero las cosas comenzaron a ir realmente mal en mayo del año pasado, cuando los alumnos de sexto curso fuimos a excursión a Manhattan: veintiocho niños tarados y dos profesores en un autobús escolar amarillo, en dirección al Museo Metropolitano de Arte a ver cosas griegas y romanas.
Suena a tortura, lo sé. La mayoría de las excursiones de Yancy lo eran. Pero el señor Brunner, nuestro profesor de latín, dirigía la excursión, así que tenía esperanzas. El señor Brunner era un tipo de mediana edad que iba en silla de ruedas motorizada. Le clareaba el cabello, lucía una barba desaliñada y una chaqueta de tweed raída que siempre olía a café. Con ese aspecto, imposible adivinar que era genial, pero contaba historias y chistes y nos dejaba jugar en clase. También tenía una colección alucinante de armaduras y armas romanas, así que era el único profesor con el que no me sentía aburrida en clase.
Esperaba que el viaje saliera bien. Esperaba, por una vez en mi vida, no meterme en problemas.
