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GROVER PIERDE
INESPERADAMENTE
LOS PANTALONES

NO MENTIRÉ: Percy y yo planteamos a Grover en cuanto llegamos a la terminal de autobuses

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NO MENTIRÉ: Percy y yo planteamos a Grover en cuanto llegamos a la terminal de autobuses.

Sé que fue grosero de nuestra parte, pero Percy y yo nos pusimos de acuerdo en admitir que nos estaba poniendo de los nervios, nos miraba como si estuviéramos muertos y no paraba de refunfuñar: «¿Por qué siempre pasa lo mismo?» y «¿Por qué siempre tiene que ser en sexto?».

Cuando Grover se disgustaba solía estar en acción su vejiga, así que no me sorprendió que, al bajar del autobús, nos hiciera prometer que lo esperaríamos y fuese a la cola para el lavabo.

En lugar de esperar, Percy y yo nos dimos una mirada cómplice. Tomamos nuestras maletas, nos escabullimos fuera y tomamos el primer taxi hacia el norte de la ciudad.

—Al East, calle Ciento cuatro con la Primera —le dijo Percy al conductor.

—¿Puede dejarme en la esquina del barrio de Yorkville?

La mirada rápida del conductor me dejó entendido que lo iba a hacer siempre y cuando tuviera dinero con que pagar.

Antes de verla, quería hablarte de mi madre.

Se llama Adriana Metaxás y es la persona que más amo en el mundo. Tengo entendido que sus padres murieron en un accidente de barco cuando era joven, y la crío su hermano mayor que no podía estar pendiente todo el tiempo de ella. Quería ser profesora, así que pasó todo el instituto trabajando y ahorrando dinero para ir a la universidad con buenos cursos de educación y no ser una carga para su hermano mayor. Entonces él murió en un accidente aéreo, por lo que tuvo que dejar el instituto para tomar el trabajo familiar para que no cerraran los ingresos. Cuando terminó el funeral, no tenía tiempo para disfrutar de las cosas que la gente de su edad hacía, no tenía familia y no tenía motivos para seguir adelante.

El único buen momento que pasó fue cuando conoció a mi padre.

Para tanta charla del hombre yo no conservaba ninguna clase de recuerdo de él, sólo una voz taciturna, tal vez su deseo de no querer irse. Cada vez que preguntaba por él mi madre sonreía con tristeza. No tiene fotos de él.

A decir verdad, no estaban casados. Mi madre me contó que era millonario e importante, y que su relación era algo que nadie debía saber. Un buen día, él tuvo que irse por el mundo en uno de sus viaje de negocios y jamás volvió. Su trabajo lo tenía bastante ocupado, según mi madre. Ojo, no murió. El trabajo lo tenía abrumado.

Ella trabajaba en el negocio familiar (que antes era famosísimo, pero había decaído con el tiempo) que sólo era una florería a la vuelta de la calle y me crió sola. Nunca la oí quejarse o enfadarse (pese a que recibía una miseria en su trabajo), ni siquiera una vez, y eso que yo no era una niña fácil.

También porqué nadie le enseñó sobre el tema, sola se guió por textos y lo hizo a su parecer creía más perfecto para trabajar con las flores dejadas atrás.

𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓𝐍𝐈𝐍𝐆 𝐓𝐇𝐈𝐄𝐅 ──── pjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora