El valor de X ✔

Prólogo

Si el título de esta historia te dio esperanzas de que este fuese un libro sobre matemáticas y esté lleno de problemas sin resolver, lamento decepcionarte. No se trata de ello, aunque la parte de los problemas puede que sea cierta.

Mi abuelo solía decir "dónde entran 3, entran 4" refiriéndose a su pequeña mesa del comedor en la que sólo cenaban él y mi abuela, hasta que mi hermana Catlyn y yo nos mudamos con ellos luego de perder a nuestros padres en un trágico accidente durante una de nuestras vacaciones.

Claro que ese dicho pronto fue utilizado para describir relaciones. Una vez le pregunté a mi abuelo cómo actuar frente a un engaño de tu pareja y él, gracioso, respondió que la mejor parte de eso es jugarles con la misma moneda. Dónde entran 3 entran 4. Consíguete a alguien más para demostrarle lo que se pierde.

Él lo enlazaba con la regla de 3 en matemáticas, debido a que ama los números. Tienes 3 datos principales, tu eres uno de ellos mientras que tu pareja y el/la tercer/a en discordia son los otros dos y debes resolver el ejercicio para debelar el valor de X.

Al principio no le vi mucho sentido a esa comparación hasta que entendí a lo que quería llegar.

Tienes que encontrar a la X.

Y si tienes suerte, puede que esa X sea mucho más que el resultado a ese problema.

Por supuesto, la abuela lo golpeo luego de decirlo por meternos en la cabeza esa clase de pensamientos y nos dijo que el verdadero significado no es tomar revancha de algo sino la perseverancia en seguir intentando hasta encontrar a la persona correcta.

Debo admitir que ese consejo se quedó conmigo por mucho tiempo aunque sólo haya sido por mera gracia. No lo de buscar venganza tras un engaño, aunque suene tentador, sino más bien la última parte.

Mi X.

Todos tenemos una X por ahí. Tal vez ya la encontramos, tal vez aún está perdida vagando por el mundo sin un mapa en la mano para encontrarnos. Aunque, ¿quién sabe dónde está ese mapa en realidad?

Lo que sí sé, es que si mi X es como mi abuelo cuando está con mi abuela, necesito encontrarte.