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— ¿De verdad fue así de malo? —tomo un sorbo de la malteada de banana que acabo de hacer. Cat asiente sentada en la banca junto a la pequeña isla de madera en el centro de nuestra cocina.

— Se la pasó hablando de programas de software y modelos de computadoras. —suelta una reacción de disgusto. Lo tecnológico no es su fuerte.

— Que divertido. —suelto un sonido desde mi garganta. —seguro las cosas mejorarán luego, es normal que no tengan cosas en común desde un principio.

Niega con fuerza.

— No creo volver a salir con él en un futuro cercano ni en ningún otro futuro. —habla con rapidez pasando una mano por su rostro con frustración.

— Sólo has tenido una cita con él, —respondo intentando ser positiva— puede que la próxima sea mejor.

Cat se queda un momento en silencio y camina hacia el sofá en el que me encuentro descansando.

— También me propuso algo. —su mirada es difícil de interpretar pero no parece muy conforme con esa supuesta propuesta.

— ¿Jugar un torneo de videojuegos? —río por lo bajo.

— Un trío con su novia.

Escupo todo el contenido de mi boca y la miro con los ojos bien abiertos. Mi hermana suspira y se acurruca en el pequeño sillón junto a la chimenea.

— Estás bromeando ¿verdad? —la expresión seria me dice que no hay bromas de por medio.

— Incluso me mostró una foto de ella. —Coloco una mano sobre mi boca intentando imaginarme toda la situación— No pienses en subir ninguna fotografía de esta noche, no quiero más cosas en qué pensar. —Me ordena con severidad pero puedo reconocer un pedido de súplica escrito entre líneas— No te rías, no es gracioso.

— Si lo es. —Cat me lanza un almohadón bordado por la abuela haciéndome reír aun más.

— ¡Tú me metiste en esto! —Recrimina— Es tu culpa.

— No creí que fuese un chico con esos gustos. —seco las lágrimas que caen por mis mejillas mientras intento calmarme.

— Giselle me salvó, —admite— le dije que me llamara por una "emergencia".

Así que esa es la razón por la que se fueron antes.

— Podrías habérmelo pedido a mí, —comento un tanto ofendida. Para eso estamos las hermanas— hubiera fingido un desmayo o algo así.

Cat mueve su cabeza.

— Ya te lo dije por mensaje, no quería interrumpirte. —sus ojos se tornan pícaros y trago saliva.

— No interrumpías nada. —afirmo con seguridad.

— Desde mi punto de vista, eso parecía todo. —se pone de pie y camina de vuelta hacia la cocina con mi mirada atenta detrás de ellas y mis pies siguiendo su rastro.

— No estamos hablando de mí. —murmuro detrás de ella. La chica gira quedando frente a mí.

— Espero que la próxima persona apueste por la monogamia. —suena más a un pedido que a una oración esperanzadora.

— Yo también.

— Yo también

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