Capitulo Quince

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      Bankotsu apareció delante de Tom Munroe, que no parecía contento en su visita.

      -¿Qué le ha hecho? Estaba fatal cuando me ha llamado, ha insistido en hacerlo todo ella sola -bramó Tom.

      Bankotsu se defendió instintivamente.

      -Le he dado una buena compensación. Es lo que acordamos los dos juntos.

      -Una buena compensación. ¡Bah! La ha utilizado.

      Ha sido incluso peor que Inuyasha. ¿Tienes idea de las cosas a las que tuvo que renunciar para estar con el?

      -No puedo imaginármelo -Bankotsu se hundió en el sillón de cuero rojo que había enfrente del escritorio de Tom. Se sentía culpable-. Señor Munroe, me equivoqué con Aome. No es algo que me guste aceptar, pero, al menos, soy lo suficientemente hombre para asumir mi error. Quiero arreglar las cosas.

     -¿Suficientemente hombre? Inuyasha pensó que era suficientemente hombre cuando se la llevo de la protección de su padre. El muy tonto nunca pensó que su padre cortaría la relación con su hija si esta no hacia lo que el quería. ¿Puedes imaginar como se sintió Aome? Perdió a su madre cuando tenia seis años, su padre era el centro de su mundo y, de repente, se vio privada del único apoyo que había tenido durante toda su vida.

      -Y aparece usted y hace exactamente lo mismo -continuo Tom-. Darle falsas esperanzas, una falsa sensación de seguridad. Francamente, seria feliz si no volviese a verlo nunca más.

      Bankotsu suspiro profundamente, aceptando su culpa. Era normal que el hombre quisiese proteger a Aome. Pero, si tenia la oportunidad, ella no volvería a necesitar su protección.

      -¿Donde esta? -pregunto con voz neutra a pesar de la frustración que sentía.

      -Aunque lo supiese, señor D'Angelo, no se lo diría. Ha ido demasiado lejos.

      Bankotsu se puso en pie. Era evidente que no iban a darle mas información. Saco una tarjeta de visita y la dejo encima del escritorio.

      -Por favor, llámeme si se pone en contacto con usted.

      -Deme una buena razón para hacerlo. No le ha causado mas que problemas desde que apareció en su vida.

      -¿Una razón? Que la quiero y que pienso que ella también me quiere a mi. Solo necesito la oportunidad de decírselo. 

      -¿Y cree que su declaración de amor será suficiente? -preguntó Tom incrédulo.

      -¿Suficiente? No, pero será un comienzo, que es lo que necesitamos. Un comienzo sin la sombra de Inuyasha Higurashi rondando a nuestro alrededor.

      Tom alargó la mano, tomo la tarjeta y la leyó antes de metérsela al bolsillo de la chaqueta.

      -Lo pensaré, pero no se haga ilusiones.

      -Necesito saber donde esta. Saber que esta bien -respondió él-. El resto será ella quien lo decida. 

      Dos semanas más tarde, Bankotsu seguía sin tener noticias de Aome. Y, lo que era peor, el banco le había dicho ese mismo día que no había cobrado el cheque, ni había tocado el dinero que había ingresado en su cuenta.

      Luchó contra el sabor amargo que tenia en la boca. ¿En qué estaba pensando Aome?Necesitaba ese dinero para volver a empezar.

      Aome estaba sola, y era culpa suya.

      La única luz que brilla en el horizonte de Bankotsu era la lenta, pero constante, mejoraría de Bella. Había salido de la unidad de cuidados intensivos y le habían quitado la sonda. Si seguía asi, podría llevársela a casa en aproximadamente una semana.

Amor y VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora