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estuvo a punto de hacerme caer, sin pretenderlo, cuandobpasábamos de la Rue C... a la calleja en que ahora nos encontrábamos. Pero yo no podía comprender la relación de
este hecho con Chantilly.
No había por qué suponer charlatanerie alguna en Dupin.

-Se lo explicaré -me dijo-. Para que pueda usted darse cuenta de todo claramente, vamos a repasar primero en sentido inverso el curso de sus meditaciones desde este instante en que le estoy hablando hasta el de su rencontré con el vendedor de frutas. En sentido inverso, los más importantes eslabones de la cadena se suceden de esta forma: Chantilly, Orión, doctor Nichols, Epicuro, estereotomía de los adoquines y el vendedor de frutas.
Existen pocas personas que no se hayan entretenido, en cualquier momento de su vida, en recorrer en sentido inverso las etapas por las cuales han sido conseguidas ciertas
conclusiones de su inteligencia. Frecuentemente es una ocupación llena de interés, y el que la prueba por primera vez se asombra de la aparente distancia ilimitada y de la falta de ilación que parece median desde el punto de partida hasta la
meta final. Júzguese, pues, cuál no sería mi asombro cuando escuché lo que el francés acababa de decir, y no pude menos de reconocer que había dicho la verdad. Continuó después de este modo:

-Si mal no recuerdo, en el momento en que íbamos a dejar la Rue C... hablábamos de caballos. Éste era el último tema que discutimos. Al entrar en esta calle, un vendedor de frutas que llevaba una gran canasta sobre la cabeza, pasó velozmente ante nosotros y lo empujó a usted contra un montón de adoquines,
en un lugar donde la calzada se encuentra en reparación.

Los Crímenes de la calle morgue (COMPLETA)- Edgar Allan PoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora