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noche, al vecindario de la rue Morgue. Madame L'Espanaye y


su hija, vestidas con sus camisones, estaban, según parece,


arreglando algunos papeles en el cofre de hierro ya


mencionado, que había sido llevado al centro de la habitación.


Estaba abierto, y esparcido su contenido por el suelo. Sin


duda, las víctimas se hallaban de espaldas a la ventana, y, a


juzgar por el tiempo que transcurrió entre la llegada del


animal y los gritos, es probable que no se dieran cuenta


inmediatamente de su presencia. El golpe del postigo debió de


ser verosímilmente atribuido al viento.


Cuando el marinero miró al interior, el terrible animal


había asido a Madame L'Espanaye por los cabellos, que, en


aquel instante, tenía sueltos, por estarse peinando, y movía la


navaja ante su rostro imitando los ademanes de un barbero. La


hija yacía inmóvil en el suelo, desvanecida. Los gritos y los


esfuerzos de la anciana (durante los cuales estuvo arrancando el


cabello de su cabeza) tuvieron el efecto de cambiar los


probables propósitos pacíficos del orangután en pura cólera.


Con un decidido movimiento de su hercúleo brazo le separó


casi la cabeza del tronco. A la vista de la sangre, su ira se


convirtió en frenesí. Con los dientes apretados y despidiendo


llamas por los ojos, se lanzó sobre el cuerpo de la hija y clavó


sus terribles garras en su garganta, sin soltarla hasta que expiró.


Sus extraviadas y feroces miradas se fijaron entonces en la


cabecera del lecho, sobre la cual la cara de su amo, rígida por el


horror, apenas si se distinguía en la oscuridad. La furia de la


bestia, que recordaba todavía el terrible látigo, se convirtió


instantáneamente en miedo. Comprendiendo que lo que había


hecho le hacía acreedor de un castigo, pareció deseoso de


ocultar su sangrienta acción. Con la angustia de su agitación y


nerviosismo, comenzó a dar saltos por la alcoba, derribando y


destrozando los muebles con sus movimientos y levantando los

Los Crímenes de la calle morgue (COMPLETA)- Edgar Allan PoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora