página 12

102 8 0
                                    

usted ha mirado a lo alto, y he adquirido entonces la certeza de
haber seguido correctamente el hilo de sus pensamientos.

Ahora bien, en la amarga tirada sobre Chantilly, publicada ayer en el Musée, el escritor satírico, haciendo mortificantes alusiones al cambio de nombre del zapatero al calzarse el coturno, citaba un verso latino del que hemos hablado nosotros con frecuencia.

Me refiero a éste:
Perdidit antiquum litera prima sonum.
»Yo le había dicho a usted que este verso se relacionaba con la palabra Orión, que en un principio se escribía Urión.
Además, por determinadas discusiones un tanto apasionadas
que tuvimos acerca de mi interpretación, tuve la seguridad de
que usted no la habría olvidado. Por tanto, era evidente que asociaría usted las dos ideas: Orión y Chantilly, y esto lo he comprendido por la forma de la sonrisa que he visto en sus labios. Ha pensado usted, pues, en aquella inmolación del pobre zapatero. Hasta ese momento, usted había caminado con el cuerpo encorvado, pero a partir de entonces se irguió usted,
recobrando toda su estatura. Este movimiento me ha confirmado que pensaba usted en la diminuta figura de Chantilly, y ha sido entonces cuando he interrumpido sus meditaciones para observar que, por tratarse de un hombre de
baja estatura, estaría mejor Chantilly en el Théâtre des Varietés.

Poco después de esta conversación hojeábamos una edición de la tarde de la Gazette des Tribunaux cuando llamaron nuestra atención los siguientes titulares:

«EXTRAORDINARIOS CRÍMENES -Esta madrugada, alrededor de las tres, los habitantes del quartier Saint-Roch fueron despertados por una serie de espantosos gritos que

Los Crímenes de la calle morgue (COMPLETA)- Edgar Allan PoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora