El regreso fue maravilloso, sobre todo porque empezó a llover, la luna estaba aún presente cuantas veces era eso posible, la verdad nunca lo había visto, ¿Quería hacer lo que hace años había soñado?
- Bastian, podemos parar
- ¿Cómo así?, paso algo, me dijo preocupado
- Amo la lluvia
- Pero te puedes enfermar- respondió pero aún así detuvo el coche, creo que mirándome estudiando mis palabras
- ¿Quieres bailar conmigo? - le pregunte con una sonrisa
- Oye pequeña, estas loca, pero sabes yo también quiero hacerlo, así que no esperemos más
Bastian se dio la vuelta al coche y me abrió la puerta, extendió su mano haciendo una pequeña reverencia, vaya que este chico es un dulce, enseguida le di mi mano y salimos a lado del carro, el me tomó de la cintura mientras, mis brazos fueron a sus hombros, y bailamos al ritmo de nuestros corazones, después el me tomó de la mano y me dio varias vueltas
- Hubo un momento en que realmente pensé que iba a morir, y no sabes como esperaba que si eso se hacía realidad, a donde fuera después lograra bailar bajo la lluvia
El me escucho en silencio, mientras seguíamos bailando bajo la lluvia, a pesar de que lo único que nos iluminaba era la luna, veía la sonrisa en su rostro, en ese momento recordé que mi celular estaba muerto, y sabía que Alexander ya debió llegar al departamento y al no verme se volvería loco, por lo que mi mundo feliz debía terminar en este momento, me separe de Bastian y tomándolo de la mano lo lleve de regreso
- Gracias, de verdad me divertí este día
- Sabes, a mi también me gusto haberte invitado este día, a venir conmigo
Al subir al coche los dos estábamos mojados, por lo que creo que tuve escalofríos, enseguida miré la mirada preocupada de Bastian
- Pequeña yo tengo ropa en la parte de atrás, será mejor si te cambias
- Y tu, también estas mojado
-Tranquila si hay para los dos, si quieres salgo para que te cambies
- No que te parece si tu te vas a la parte de atrás y te cambias ahí y yo aquí, pero no puedes regresar a ver, si
- Esta bien pequeña- veo como se cambia de asiento, y me pasa una camiseta que era realmente grande
-Gracias - no puedo evitar ver su sonrisa
Después de lo cual comencé a cambiarme, no pude evitar regresar a ver para comprobar que el no me estaba viendo, pero grave error cuando regrese mire su espalda, se notaba que debajo de toda esa ropa, guardaba un cuerpo de infarto, no podía quitar la vista de sus músculos, se notaba que iba al gimnasio, dios porque tanto castigo.
- Ya terminaste- me dijo, pero yo no había ni iniciado
- No espérame un momento- realmente estaba nerviosa por lo que tarde más de la cuenta en lograr quitarme toda mi ropa, su camiseta tenía su olor.
El resto del viaje transcurrió con tranquilidad, cuando al fin llegamos a Milán, se apoderó de mi el miedo, después de todo no sabía lo que me esperaría en casa, bueno si lo sabía lo que ocasionaba que no quisiera regresar, pero no era posible cuando llegue al edificio, sabía que era hora de la verdad
- Estas bien
- Si pero, creo que Alexander se enojara conmigo
- Quieres que te acompañe, y le explique
- Harías eso por mi
- Claro que si, después de todo hoy me acompañaste
- Si, entonces vamos, pero te lo advierto mi prometido puede ser un poco cascarrabias.
- Me lo imagino- me lo decía, mientras parecía que se perdía en sus pensamientos
El subir al último piso se me hizo como subir al everest, bueno solo en mi mente, porque subimos el ascensor, pero igual sentía que me faltaba el aire, me tranquilice cuando Bastian me tomó de la mano, realmente me hacía sentir segura, cuando al fin llegamos, arrastre mis pies hasta la puerta, en cuanto coloque el código mi corazón empezó a latir a mil por hora, entre primero y comencé a escuchar gritos
- No es posible que no la encuentren, no puede desaparecer, además quiero que rastreen su celular- lo sabía se armo un gran alboroto por culpa de mi celular, realmente dudaba entrar, pero al querer darme la vuelta tropecé, y nuevamente fui salvada por mi vecino.
- Hola- dije, pero Alexander no quito la mirada de Bastian
- ¿Qué haces con mi prometida? - dijo furioso, mientras me tomo del brazo, alejándome de mi amigo
- ¿Qué te pasa, suéltala mira le estas lastimando- por toda la conmoción no había sentido nada, pero al mirar mi brazo estaba todo rojo, sabía que me iba a provocar un cardenal.
- Alexander, tranquilo me puedes soltar, yo te puedo explicar
- Que te ocurre, Abril, ¿Dónde estabas? - estaba realmente enojado, no dejaba de mirar a Bastian
- Mira tu siempre haces lo mismo, no sería la primera vez, que destruyas a una persona, pero parece realmente que has olvidado tu promesa
No entendía nada, parece que los dos se conocen, como sabe Bastian de la promesa, si Alexander aún no me lo ha dicho ni a mi, veo que si no hago algo los dos se van a matar en este momento, por lo que actuó rápido y me acercó a Bastian
- Por favor, puedes ya irte no quiero que peleen, gracias por todo
- No voy a dejarte sola con este tipo es peligroso- me dijo tomándome de la mano y colocándose delante de mi.
- No te metas en esto Bastian, ella es mía, será mejor que la dejes, yo nunca le haría daño
- Lo mismo me dijiste con mi hermana, y ya sabemos como terminó eso
Espera no logro aún, salir del enredo en el cual me encuentro, como es que mi jefe le hizo algo a la hermana de Bastian, supongo que estos dos tienen historia
- Eso no es verdad, yo nunca busque lastimarla, yo la amaba
- No es verdad, ella seguiría viva, pero por tu culpa ella ya no esta conmigo.
- No Bastian las cosas no son como piensas
- No sabia que el era tu prometido Abril, pero ahora que lo se te digo, que no te dejaré que te haga daño.
- No te entiendo
- El mato a mi hermana, no dejaré que te haga lo mismo, te lo prometo mi pajarito
Diablos mi mente volvía a dar vueltas, me sentía realmente débil, todo esto es demasiado
¿BASTIAN ES EL HERMANO DE LUCÍA?
¿Qué realmente pasó con Lucía?
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TU MIRADA EN MI
RomansaTodas las noches tengo el mismo sueño, me encuentro frente a sus ojos verdes parece que puede mirar a través de mi, me siento tan inquieta al estar cerca de el, sin embargo tan cercano, tan mío, nunca he logrado decirle nada, el siempre desaparece n...