Bulgaria, Rumania y Moldavia

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Taiwán había llamado al teléfono de la encerrada chica del ascensor, pidiendo ayuda con Japón. Éste entró en colapso gracias a la botella, ¡no sabía cómo calmarlo! Intentó bailar la coreografía de Kyary Pamyun Pamyun para estimularlo, ¡pero no funcionó!, después usó su otra táctica cosplayando a Miku Hatsume, ¡y tampoco funcionó!, inclusive al borde del abismo con sus colecciones de hentai, yuri y yaoi. Realmente no tenía más ideas para hacer reaccionar a Japón.

En todo caso, la chica no podía hacer mucho por el japonés aunque quisiera... ¡Estaba encerrada!... ¡con la botella del mal!

En eso, escuchó gritos a través del teléfono.

― ¡Japón, no hagas eso! ¡Por favor no! ―Taiwán se iba alejando del teléfono mientras la chica seguía sentada en el suelo formando un círculo con las naciones presentes que escuchaban todo. A Moldavia le parecía divertido lo que sucedía, ¡era mejor que los cuentos de terror de Rumania!― ¡Ahhh! ¡Japón está a punto de hacer un harakiri! ¡Tienes que venir ahora y frenar lo que causaste!

― ¡Yo no causé nada! ¡Y...y es inmortal, no puede morir!

― ¡Pero es anciano!, ¡le dolerá más y los médicos le dijeron que podría estar diez años en coma por un harakiri!

―Oh...eso cambia las cosas del viejito ―enseguida le pidió al japonés al teléfono, vería qué podía hacer―. Holi, Japón, ¿cómo va la vida?, deberías ir a ver el sol resplandeciente-

―Está nublado y gris ―se oía deprimente―, gris como mi honor. No pude abrir una simple botella...

―No eres el único, y nadie en estos momentos está pensando en suicidarse. Mira, tengo a Prusia, él lo intentó y no pudo. ―extendió el aparato hacia el nombrado.

― ¡Pero sigo siendo grandioso e increíble! ―y gritó.

― ¿Ves? ―con aquel trato de hacer entrar en razón a Japón, éste continuó con su depresión― Dame a Taiwán ―exigió, teniendo a la asiática ahora―. Mira, estoy encerrada en un ascensor esperando a que funcione, no sé por cuánto, así que mi única idea sabia y lógica es llamar a China, de seguro él lo calmará.

― ¿Dónde se encuentra China? ―preguntó interesada, no había más opción. La chica le informó que yacían en el primer piso con Rusia y los bálticos, ¿y si no lo encontraba?

―Tal vez, Holanda, o llama a Alemania o a Inglaterra. ―encogiéndose de hombros, cortó. Taiwán corrió a toda velocidad en busca de ayuda para que Japón no quedara en coma por diez años o más. Suspiró. Esto era tan agotador.

Rumania rió bajito. ― ¿Todo por una botella?

― ¿Quieres intentar?, no podrás ―Anni, malvadamente le entregó el objeto diseñado para hacer sufrir a las personas. Rumania la sostuvo en las manos sin desaparecer la sonrisa y ese colmillo asomándose, no girando la tapa de la botella―. Te lo dije~.

Rumania frunció el entrecejo. Bulgaria vaciló por un momento, dudando de las habilidades "abre botellas" de su amigo. No obstante, Rumania no se daría por vencido, volviendo a girar la tapa con todas sus fuerzas hasta sentir que uno de sus huesitos de las manos sonó.

― ¡Me duele! ―y le dolió, medio llorando. No era ejemplo ejemplar de hermano mayor para Moldavia.

Bulgaria le quitó la botella, él lo haría. Al fin y al cabo obtuvo el mismo resultado. Respiró hondo, no saldría de sus casillas por una común y corriente botella.

De común y corriente no tenía nada.

Así que, ¡sacó su arma mortal y secreta!

― ¡Con mi palo podré abrirla!

¿Quién Puede Abrir Mi Botella? -Hetalia- DETENIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora