Nórdicos

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Finlandia y la chica encontraron a Prusia en la enfermería, sí, en la enfermería de la ONU, tenía lesiones no tan graves por haber caído encima de Bielorrusia, pero ya se encontraba asombrosamente mejor para recuperar el teléfono de la chica. Así que resumiendo todo rapidito, Prusia le compró una olla a Egipto con dinero falso, recuperando el teléfono y saliéndose con la suya porque es asombroso.

Ella tenía el teléfono en su poder, agradeciendo al prusiano y tomando el brazo de Finlandia.

― ¡Por los nórdicos! ―y de esa manera señalando al infinito y más allá, corrieron por los pasillos y escaleras en la búsqueda de dichos países. Finlandia sentía una extraña sensación de haber olvidado a alguien importante atrás...y un mal presentimiento con ese alguien.

Llegando frente a la puerta, Finlandia golpeó. Abrió Islandia, Mr. Puffin yacía en su hombro disfrutando de la panorámica visión.

― ¿Qué quieren qué? ―se desconcertó Islandia cuando ellos dos le informaron lo de la famosilla y súper exitosa botella ganadora del Oscar y mil Globos de Oro― ¿Por qué no se lo piden a Sve?

―Su esposo fue fracaso total ―respondió ella. Finlandia la miró de reojo―, y él también. ¿Me ayudas?, o pídele a tu hermanito mayor.

―Me encuentro solo, Noruega fue al baño, pero qué más da. ―los dejó pasar, cerrando la puerta. La chica le pasó la botella. Él levantó la mirada a Finlandia, sólo ve una botella, ¿enserio esta cosa destruyó la autoestima de Suecia?

Kyllä... ―acertó el finlandés con una media sonrisa. ¿Cómo estará Suecia?

―Bien, abriré la botella. ―determinado, lo haría como representante de los nórdicos que faltaban... Su hermano se demoraba una eternidad en el baño, ¿qué tanto hacía?

Frunció el entrecejo...

La chica pensaba con mucha fe que los nórdicos harían sufrir a la botella más que nunca en la vida, ¡la azotarían!, ¡tenía que abrir esta vez!, ¡ya era mucho! Si no funcionaba, ¡ya no le quedaban más opciones!... ¿tendría que pedirle a Sealand?, no quería encontrarse con Seborga..., pero si lo encontraba, Romano estaría cerca, y si Romano estaba cerca, España estaría más cerca ¡y le tomaría una foto a su trasero!

― ¡Rayos, es imposible!

¿Qué, Islandia ya lo intentó y fracaso? Eh...sí.

―Esta botella es muy rara...

― ¡Nada es rara o raro para el Rey del Norte de Europa! ―así de la nada, Dinamarca hizo su gran entrada destellando estrellas fugases asombrosas, no tan asombrosas como las de Prusia por supuesto― Escuché el llamado de auxilio de una damita en peligro, mientras venía hacia acá. ¿Tú me has llamado? ―le preguntó a la chica.

―Eh, no pero...serías de ayuda. ―y le explicó el problema. Dinamarca se animó abrir la botella, recibiéndola de las manos de Islandia.

Hablando del hermano menor, ¿el mayor seguía en el baño?

―Regresé. ―justo a tiempo Noruega hizo su entrada calmada y sin nada espectacular que digamos..., sólo mirando al idiota number once que sostenía una botella, luego a su hermano, luego a Finlandia y al final a un ser extraño de sexo femenino que no tenía esencia de país ni de sus seres mágicos.

― ¡Noru! ―exclamó sonriente Dinamarca― ¿Cómo te fue en el baño?, ¿todo bien? Ya sabes, pudiste tener problemas con a falta de papel higie-¡Argh! ―estaba siendo ahorcado con su propia corbata gracias a su mejor amigo. ¿A quién le importaba si le fue bien o no en el baño?

¿Quién Puede Abrir Mi Botella? -Hetalia- DETENIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora