―Señor Grecia ―la chica estaba recostada en el césped lo bastante lejos del aludido, una vez que se presentó contando su problema peculiar, que era pesadilla de todas las naciones, él la invitó a descansar y respirar el aire fresco, quitándole las tensiones, pero había pasado mucho rato desde entonces y no pasaba nada con su botella―, ¿me va ayudar?
― ¿Cuántos minutos...han pasado? ―se dignó a preguntar sin abrir los ojos, rodeado de gatos, de muchos gatos. Infinitos gatos. Él vestía de una playera con diseños de caritas de gatos y pantuflas de gatitos.
―Muchos minutos ―le recordó, sentándose―. Y no puedo acercarme.
― ¿Por...qué? ―ella no podía creer la olvidadiza memoria del griego, ¡se lo dijo al principio!
―Soy alérgica a los gatos.
Grecia se sentó con toda la calma del mundo mientras su cabeza era la cama de un gato. Le dijo a la chica que le lanzara la botella, la abriría.
Ella acató sin problemas desde la distancia ¡pondría un muro para separarla de los gatos!
Grecia atrapó la botella y la miró tranquilo y pensativo. Entonces, esta botella arruinó el día de Turquía... Sonrió malvadamente por dentro, agradecido por la botella. Oh, y también arruinó el día a Norte de Chipre. Sonrió más malvadamente por dentro.
Bueno, ¿le ayudaría a abrir la botella sí o no?
Pues, sí.
Primero, Grecia bostezó. Segundo, un gato maulló. Tercero, otro gato maulló. Cuarto, otro gato más maulló. Quinto, Grecia bostezó. Sexto, Grecia posó una mano encima de la tapa. Séptimo, un gato maulló. Octavo, Grecia giró muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy lentamente la tapa...
Anni se rascó un ojo, estaría aquí por tres años a esta velocidad...
―La tapa ―hablaba Grecia―...está muy dura...
―Dime algo que no sé y que dijeron todos. ―hizo una mueca. Había una grande distancia entre los dos.
―Intentaré de nuevo. ―de repente frunció el ceño capturando la atención de la mortal. Él iría enserio, ¡muy enserio!, miraba a la botella como si se tratara de Turquía. ¡Veía el rostro de Turquía en la botella! Y lo más importante de todo, no utilizaría yogur griego para esto. Ni condones.
No era información necesaria en los oídos de la chica. ¿Cómo abriría la botella con un condón?...........imposible...........no quería imaginarlo............ Francia sabría cómo.
―Vamos Grecia, por favor, tú puedes. ―le rezaba y rezaba a todos los dioses griegos. ¡Y él era un Dios griego!, tenía la fuerza, la vitalidad, la masculinidad, la tranquilidad, la eterna tranquilidad...
Se durmió.
Intentar abrir la botella lo cansaba y mientras la abría pensaba en muchas cosas, en todo tipo de cosas, pensando a qué lugar se fueron sus gatos Homero III y Aristóteles VI. Sí, a cada gato que se le acercaba le daba un nombre y los enumeraba porque no podía pensar en tantos nombres y eso le confundía. Volviendo a sus pensamientos, se agotó y se durmió.
Anni le lanzó una pequeña piedrita a la cara, despertándolo. ¿Dónde se encontraba su Esparta?, ¿su Atenas?, ¿su Olimpia, Tebas, Corinto, Siracusa, Bizancio, Mileto, Cirene, Argos, grajgsda tantas otras polis más?, ¿era todo lo que podía dar para luego dormir? Si Turquía lo viera, reiría en su cara y bailaría el baile de la victoria arriba de su trasero.
Grecia no permitiría tal humillación, ¡menos el baile de la victoria en su trasero!, ¡él era el hijo de la Antigua Grecia! This is Spar...!
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¿Quién Puede Abrir Mi Botella? -Hetalia- DETENIDA
Fanfiction¡Oh no! Nuestros héroes están en un apuro tremendo y peligroso, porque yo necesito que alguien me ayude abrir mi botella marca gringa que no auspicia el fic, ¡no tengo la fuerza! Así que les pediré a nuestros héroes súper machos si podrían contra un...