Liechtenstein logró atrapar con su gran reflejo la botella caer desde su melena rubia con la mano, preguntándose de dónde había salido. A distancia, supo la respuesta. ¿Qué hacían la señorita Hungría, la señorita Vietnam y una humana normal en el jardín?
Y si aquella humana normal hacía memoria de las cualidades destacadas de Liechtenstein que no fueran la dulzura nivel diabetes, sería útil. ¡Ella usaba armas, podía abrir su botella!
La hermanita de Suiza, atenta a la historia dramática de la botella que les contaban las tres mujeres, se animó en ayudar pero no sabía cómo. La táctica más común e inservible en girar la tapa no dio resultado. Anni pensó que alguien con un alma pura podría, esto era como ser elegido por la excálibur. ¿Qué seguía después?, ¿el refresco envenenado y buscar al príncipe para que la despertase de un eterno sueño?, los candidatos eran escasos.
Pero Liechtenstein no se daría por vencida, ¡el valor y la confianza la aprendió de su hermano mayor!
― ¡Muy bien, Liech! ―animó Hungría. Vietnam también la apoyaba, a su manera claro.
―Si me disculpan, iré por mis armas. ―elegante, educada y con derroche de moe, marchó a buscar su armamento dentro del edificio. En ese edificio guardaban todo, ¿verdad? Vamos, Alemania guardaba su tanque.
De regreso, se instaló dando instrucciones a las tres chicas en quedarse atrás y no acercarse. Esto era peligroso.
―No intenten esto en casa, por favor.
―Díselo a ella. ―desde atrás, Hungría y Vietnam hablaron al unísono señalando a la mortal. Ésta las miró, no estaba tan loca para usar armas en la casa. Primero un hombre debe sacarla de ahí casada, por supuesto a la antigua escuela. Y si él es malo, ahí sí utilizaría las armas. Pero cambiando el tema... ¡¿Qué hay con su botella?!
― ¿Se encuentran muy bien escondidas para no salir lastimadas? ―antes de proceder la personificación de lo moe, necesitaba asegurarse.
Sí, las chicas estaban muy bien escondidas armando una fortaleza de arbustos. Hungría levantó su sartén por precaución, Vietnam su remo, sujetando su sombrero, y la mortal...ella...las miró con envidia. ¿Por qué no tenía ningún objeto representativo? ¡Es tan injusto!
Liechtenstein ya tenía su ametralladora ligera instalada, se posó atrás apuntando a la botella maligna que emanaba pura maldad. Esta sería la batalla del bien contra el mal, la pureza contra la lujuria, ¡lo moe contra...algo feo!
Bajó las gafas de aviador...no tenía relevancia pero bueno...
¡Y disparó! ¡Disparaba, disparaba y disparaba! Esa ametralladora era poderosa, ¿dónde la consiguió?, ¿se la regaló Suiza?
―Parece que sí ―respondió Hungría―, creo que el cumpleaños de hace nueve años. Quería que su hermanita aprendiera defenderse.
―Pero con una patada en los testículos es suficiente. ―dijo la mortal.
―Estamos hablando de naciones.
―Oh, ya entiendo ―entendía―. Pero una patada en los testículos es mortal.
―Es verdad ―apoyó Vietnam―. Les duele mucho.
―No me recuerdes la vez que golpeé al señor Austria por equivocación. ―se lamentó la húngara, vio sufrir como un bebé al austriaco, ¡se había confundido!, era al idiota de Prusia a quien debía golpear, no a su adorado aristócrata.
― ¡Ah! ¡No funciona! ―de repente el aliento de Liechtenstein capturó sus atenciones, las balas de la veloz y mortal ametralladora ligera no resultaron, ¡no atravesaron a la botella! La botella no podía estar poseída y saltar para esquivar, ¿no es así?
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¿Quién Puede Abrir Mi Botella? -Hetalia- DETENIDA
Fanfiction¡Oh no! Nuestros héroes están en un apuro tremendo y peligroso, porque yo necesito que alguien me ayude abrir mi botella marca gringa que no auspicia el fic, ¡no tengo la fuerza! Así que les pediré a nuestros héroes súper machos si podrían contra un...