Prólogo

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Llegue cansada de la escuela,yo era tan solo una estudiante de 17 años que tenía una vida normal.

—Oneesan — mi hermano pequeño se dirigió directo abrazarme emocionado,el no había ido a la escuela por el día tan lluvioso que hacía pero yo tenía práctica en el club de tiro con arco.

—Oye,hija,ven para acá,necesitó tu ayuda — Mamá me llamó desde la cocina con emoción en su voz.

—Solo déjame cambiarme y voy enseguida — corrí a mi habitación y me cambie,cuando llegue a la cocina casi me caigo por la emoción de ver el gran pastel que tenía frente a mis ojos.

Tenía tres pisos,era completamente blanco con violeta,flores comestibles de un color entre rosa y violeta,y algo mas.

—Hasta me dan ganas de guardarlo para siempre — mi hermano literalmente estaba babeando por la perfección del pastel y yo también no pude evitar mirar con gula a ese pastel.

—Hasta yo quiero — mire el pastel por unos segundos antes que mamá nos cara a ambos de la cocina.

—Ya,no tiene mucho tiempo y ya quieren comerlo,ay,no se a quienes salieron estos dos glotones,la mayor come y come y nunca engorda,y el menor come y come y sigue comiendo y jamas sube ni un kilo,ya quisiera ser ustedes para nunca engordar — mamá siguió lamentándose un rato pero en eso papá llegó y vio el pastel con ganar de comerlo.

Después nos sentamos a cenar y todo bien,la lluvia seguía con mas intensidad pero no le di importancia,en estos días era normal,temporada de lluvia.

A la mañana siguiente estaba reunida con mis amigas comiendo en el almuerzo.

—Mañana deberíamos ir de compras — mi amiga hablo mostrando una foto de un bonito vestido color rojo.

—¿Lo quieres comprar? — preguntó mi otra amiga dándole un codazo para que deje de estar mostrando ese tipo de cosas.

—Si,es bonito — mi amiga sonrojada por la insinuación de mi otra amiga estaba como un tomate.

—¿Que piensas? — ambas me miraron esperanzada,las dos sacaron sus celulares y mostraron cada una un vestido.

—Son iguales — me encogí de hombros mirando a los vestido que era exactamente iguales.

—¡¡RIN!! — las chicas se levantaron ofendidas sin entender porque les decía eso.

—Verdad,son iguales — me encogí de hombros ocultando mi cara con mi cabello ocultando mi sonrisa burlona.

Después de la escuela fui directo a casa para buscar a mi hermano pero antes de entrar recibí una llamada de mi hermano.

—Oneesan,no entres,por...por favor no entres — su respiración era agitada y parecía nervioso.

—¿Estas bien? — toque la manija de la puerta que sorprendente estaba abierta.

—Rin,solo haz caso,solo una vez por favor — susurro eso asustado y de repente se escuchó un estruendo y los gritos de mi hermano.

Colgué el teléfono y entre corriendo a la casa para encontrar un montón de sangre por el suelo,y los gritos de mi hermano.

—Sueltame — los gritos de ese pobre niño me alarmaron y corrí a la habitación de mi hermano para encontrar todo hecho un desastre y a mi hermano amenazado por gente encapuchada.

—Te dije que no entres — sus lágrimas llenaron su rostro de tristeza mientras luchaba por su vida.

—Kuroki,solo resiste — estaba nerviosa mientras Kuroki lloraba desesperado.

—Dame los papeles — el hombre que amenazaba a Kuroki hablo amenazante y con furia.

Entonces entendí,eran enemigos de mi padre y buscaban algo de nosotros,querían información para la empresa rival.

—Si,pero solo suelta a mi hermano — levante las manos dirigiéndome a la caja fuerte de la habitación de mis padres y con los hombres extraños tras mis talones estaba nerviosa.

Abrí la caja fuerte y me aparte para que ellos se hagan cargo.

—Jeje,ya no necesitamos a los niños — esas palabras me alarmaron mientras Kuroki caía a mis pies.

Tome la lampara de la habitación y golpee lo mas fuerte que pude al extraño principal,el que tenía un arma.

La tomé y amenace a las personas que se quedaron quitas,cerré los ojos y dispare a la persona mas cercana a mi.

—Perra — el hombre al que le dispare en el hombro agarro mi cabello y me arrebato el arma de las manos.

—Oneesan — Kuroki intento acercarse pero lo detuve.

—Sal de aquí — recogí un pedazo de vidrio y me corte el cabello para tomar la mano de Kuroki y los dos salimos corriendo para después escuchar cinco disparos.

Y salimos justo a tiempo para encontrarnos con la policía que arresto a los criminales.

Luego sentí algo caliente bajar por mi espalda y me di cuenta que era sangre.

—Rin...¿que te pasa? — Kuroki tomó mi mano pero mis piernas perdieron fuerza,mis ojos se sintieron pesados,y los paramédicos corrieron hacia mi.

Mis ojos cada vez fueron mas pesados hasta el punto de ser imposible estar despierta por lo que me deje llevar.

Tenía sueño y me dormí,cuando el sueño desapareció intente abrir mis ojos pero no podía,escuchaba voces raras que hablaban en un idioma que no conocía.

Sentía algo raro en mi cabeza y en la parte baja de mi espalda,no podía mover mi cuerpo a voluntad y era muy pesado.

Las voces eran muchas,pero no parecían felices,sino muy molestas,hombres,mujeres,parecían muy enojados y hablaban de algo.

«Espera,me dispararon,me morí,y ahora...¿este es el infierno o el cielo?» las dudas se apoderaron de mi mente,no estaba preparada para saber por lo que lo deje a la suerte.

Los Mestizos Y La Princesa Asesina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora