56: De padre e hijo y de hermano a hermana

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No pude evitar reír histérico ya que todo había salido como la había querido.

—¿Piensas que fuiste más fuerte que yo? — me levanté a duras penas sonriente soltando una leve carcajada —y si lo fuiste...pero no fuiste más inteligente...
   
Recordé todo el sufrimiento que tuve que pasar para lograr la inmunidad total al veneno que estaba seguro que me mataría.

—Pense en envenenarme...pero llevo 12 años haciendo esto — extendí los brazos ya con mi mejor sonrisa —¡Papá,no eres el único loco! — me calme para luego darle la mejor noticia —En menos de una hora morirás,agradece a tu mejor experimento,fue inteligente, ¿No?

Ese pensamiento que una vez odie ahora me parece la mejor idea.

—Despues de todo somos padre e hijo — sonreí,solo tendría que intentar no morir durante una hora y viviría feliz sabiendo que ese bastardo se murió.

Gerardo se levantó,la furia en su mirada decía lo que no me había dicho en la cara.

—¿Ahora te vas a poner así? — lo intente pero no funcionó así que tengo que hacer algo mucho mejor —pero fuiste tú el que empezó.

Sentí el viento recorrer mis dedos como un delicado baile que en un segundo fue mordeado a una cuchilla de viento,eso debió pegarle fuerte a Gerardo porque el hice un gran corte en el brazo derecho.

—Estas loco — Aoi me empujó para evitar un ataque sorpresa.

—Puede que un poco — respondí.

—Alex,no seas así — se alejo evitando al mismo Gerardo pero este la tomo por el cuello asfixiando Aoi...

...

Encendí mi pierna en llamas pero ni aún así me soltó,intenté darle una descarga eléctrica pero tampoco, invoque las sombras y no pude, incluso la luz y la oscuridad pero estos me traicionaron y no los pude invocar.

Estaba mal...¿Por qué siempre me pasa esto a mi?

El corazón me palpitaba en la orejas,y de seguro con esto ya me había roto una o dos colas.

—Pense que no era necesario — murmuró dejándome caer.

«No puedo respirar,mis pulmones no me lo permiten...» me estaba ahogando y por más que quisiera no podía hacerlo.

Apenas podía con un poco de aire que me mantenía conciente,queria ayudar pero estaba en el suelo intentando respirar.

Los brazos y las piernas se me entumecieron,no me respondían,por más que quisiera moverme era reto imposible.

De pronto ví mis vidas pasar frente a mis ojos,unas mezcla de recuerdos míos. Me abrumó que como la última vez mi vida paso frente a mis ojos y no podía hacer nada para evitarlo.

«Pero está vez si me arrepiento,yo solo quiero vivir...tranquila y feliz,cuando tienes una segunda vida y mueres igual de joven que en la primera no es muy consolador» dí mi último suspiro antes de desmayarme...

...

La explosión destruyo los árboles y la batalla fue movida al pueblo,apenas unos metros atrás,ella estaba cuya vida se estaba extinguiendo...

...

No recordaba haber visitado este lugar nunca,el lugar de los Dioses parecía un campo con una primavera infinita,sus lugares privados no se parecían a esto.

Me levanté e intenté caminar pero caí,una mano me agarró la pierna y no me soltaba. Otra mano salió de la oscuridad

Me taparon la boca y me aprisionaron los brazos para que no pudiera moverme y menos escapar,esas manos algunas sentía que clavaban sus garras en mi piel.

Me desgarraban la piel clavándose como parásitos.

Solo pude distinguir una luz a lo lejos,segadora y brillante,pero una figura entre esa luz llamo ni atención haciendo que salten lágrimas de mis ojos.

—Kuro...hermano... — murmure sin posibilidad de poder alcanzarlo.

El se acerco con su cabello carbón tan reconocible,me tendió la mano y por un momento ví a Fran que me tendió la mano,ambos eran tan parecidos,iguales en ciertas partes,eran tan idénticos y diferentes a la vez.

—Rin,se fuerte,se la Rin que siempre he conocido — hablo.

Nuestros dedos se rozaron pero las manos se torcieron y una de esas me tapo los ojos.

La oscuridad de apoderó de mi cuando empecé a escuchar maldiciones a mi nombre.

Los Mestizos Y La Princesa Asesina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora