CAPÍTULO V

3 2 0
                                    

El día de campo


Rory y Caitlin,hicieron dos o tres quehaceres más, y luego se dirigieron a casa a contar los sucesos. Era la hora de comer cuando llegaron y se apenaron de llegar cuando la mesa estuvo puesta y no poder contribuir a esto ultimó.

--Lo siento Nanie. No fue mi intención llegar tarde—se disculpó Caitlin.

--La culpa es mía, no debí llevarte. De lo contrario estarías aquí para ayudar—la contradijo Rory.

--Eso no es cierto. Me divertí mucho, y aprendí también. No veo porque es un error—

--Ya dejen de discutir ustedes dos. La culpa no es de nadie. Además no veo porque no pueden tomase un descanso de vez en cuando, puesto que me ayudan demasiado—dijo la pacificadora Nanie.

--Tú ganas Nanie—dijo Rory.

--¿Se van a quedar ustedes dos allí, sin comer? Yo creo que después de tanto caminar han de tener un hambre atroz, ¿O me equivoco?—dijo su madre desde el comedor donde los esperaba.

--No madre, no te equivocas—contestó Rory tomando a Caitlin de la mano, para llevarla consigo.

Pero Nanie se la quitó y dijo:

--Ya que quieres ayudar de una u otra manera, trae la ensalada, sin querer se me olvidó—

--Encantada—contestó Caitlin y corrió a la cocina donde encontró el tazón de la ensalada. En la puerta del comedor, estaba Brianna. En ese momento Caitlin recordó la disputa que se había hecho la noche anterior, y no queriendo causar otra, se acercó a Brianna y le susurró honestamente:

--Siéntate junto a Rory, hoy tengo ganas de sentarme con Erin—

En un arrebatamiento de ternura, Brianna se volvió a sorprender y con intención de volver a reconciliarse con su hermana, dijo tomando el tazón suavemente de manos de Caitlin:

--Yo lo llevo—

--Gracias—fue lo único que Caitlin pudo pronunciar.

Así pues sentaron sé, Caitlin con Erin y Brianna con Rory, quien no estuvo convencido de que Caitlin hubiese cedido, pero otro lado lo creía. Cuando estuvieron a punto de dar gracias, entro el Señor O'Reilly. Cuando se hubo sentado y dado un beso a su esposa dijo:

--Sé que se mueren de curiosidad, pero después de comer les contare lo que paso en casa del Capitán. Por ahora me dedico a comer—

Dieron las gracias y luego todos se dedicaron a comer, el pastel de carne, cerveza para los hombres y para las mujeres, licor de lilas. Por ultimó el delicioso budín de manzana. Que todos disfrutaran. Luego de terminar todos, menos Caitlin quien se quedó a recoger, se fueron a la biblioteca, donde Rory les narro todo lo que había pasado en el campo.

El Señor O'Reilly se reusó a contar lo que en casa del Capitán, paso. Hasta que llegara Caitlin, no diría palabra alguna.

--Aquí estas pequeña. Ahora siéntate aquí y escucha muy bien—dijo papá cuando Caitlin hubo presentado se.

--En casa del Capitán, hubo un disturbio excitante y divertido—comenzó papá—El Capitán creyó que una de nuestras naves había naufragado. Pero después de buscar y buscar información de todo, concluimos que no era una de las nuestras, sino una del Señor Altirico. No hay malas noticias, solo dos buenas, la mejor es que no hemos perdido nada, la divertida es que, el Señor Altirico perdió no una ni dos sino, todas sus naves. A quedado pobre y con eso debe dejar libres a todos sus sirvientes, ellos estarán mejor en las calles que con él, si somos honestos. Alguien lo ha demandado, y por ello su familia debe abandonarlo, seguramente su esposa se case con su primo tercero. Eso es lo que más le conviene—concluyo el Señor O'Reilly.

🎹 Un Piano de Quince Años | © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora