CAPÍTULO III

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La mañana del sábado

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A la mañana siguiente, Caitlin sintió al despertar que el día anterior había sido solo un sueño, pero al levantarse y ver su collar en el buró (el cual había dejado allí en la noche anterior), se levantó, se lavó la cara, tendió la cama y se vistió.

-Buenos días, Nanie-dijo cuando hubo bajado a la cocina para hacer sus tareas cotidianas.

-Buenos días, Caitlin. ¿Quieres ayudarme a amasar esta masa? Haremos pastel de cordero para la comida-dijo Nanie.

-Claro. ¿Y qué harás de postre?-preguntó Caitlin, quien ya se había arremangado las mangas y comenzado a dar vueltas y vueltas a la masa.

-Budín de manzana. Sabéis que el pastel de cordero y el budín de manzana son la comida preferida de vuestro hermano. Tu madre ha mandado que preparemos todo esto.

-Y es mío también.

-Sí, vuestro también.

-¿Qué hay de desayunar?-pregunto Rory asomando la cara en la puerta de la cocina.

-Avena-respondió Caitlin sin dejar por ello su labor.

-Mientras ustedes hacen mi avena yo ayudo a poner la mesa-dijo Rory dirigiéndose al estante de los platos.

Nanie y Caitlin se rieron y se miraron la una a otra como diciéndose con la mirada "jamás cambiará. Pero así me gusta"

Cuando la mesa estuvo puesta y la comida humeante y tentadora a meter un dedo y darle un probadón cual niño de cinco años, todos los hijos de los señores O'Reilly estaban sentados para devorar su comida y salir a "hacer sus asuntos" como solía decir Caitlin. Toda la familia hallábase sentada a la mesa lista para dar el primer bocado cuando Nanie entró con una carta en la mano, expresión de espanto y diciendo a la vez:

-Señor-se dirigió al señor O'Reilly-el cartero trajo esto diciendo que era extremadamente importante que la leyese en cuanto se la entregase.

-¿Dijo de qué trataba ?-preguntó el anciano.

-No, señor. Únicamente dijo que venía del capitán y que se la entregase de inmediato.

El señor O'Reilly se apresuró a leer la carta, pues sabía que cuando su capitán le decía que era sumamente importante, trataba de algo realmente serio. Nanie se quedó allí en caso que le mandasen dar algún recado, y no se equivocaba pues en cuanto el señor O'Reilly terminó, dijo:

-Nanie, necesito que mandes decir a Brian que ensille mi caballo lo más rápido posible y después me lo traiga a la entrada de la casa.

-Por su puesto, señor. Iré yo misma a decírselo-dicho esto Nanie con paso rápido se alejó a cumplir con su deber.

-¿Qué pasa, querido?-preguntó la señora de la casa a su marido.

-Nada alarmante, regresaré en cuanto pueda y ya os contaré. Rory, no podré hacer mi recorrido, así que os pongo a cargo de ello.

--Claro padre, Caitlin y yo nos haremos cargo-dijo Rory

--¿Insinúas que quieres vaya contigo?-pregunto Caitlin esperando que su hermano dijese que sí.

--Si puedes caminar mucho, eso es lo que espero-dijo Rory comenzando a comer para terminar rápido y comenzar con el deber.

--Yo estoy acostumbrada a caminar mucho, así que voy contigo-

--Bien, ahora come o no podrás acompañarme-

Caitlin se apuró a comer tan rápido que acabo primero que Rory, el cual se sorprendió mucho. Cuando hubieron terminado cada cual fue por su chaqueta, guantes, y gorra. En la puerta ya listos a salir Rory tomo la lista de qué hacer de su padre, le dio una leída y volviéndose a Caitlin dijo:

🎹 Un Piano de Quince Años | © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora